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Caminar erguidos

Autor: Carlo Frabetti, escritor y matemático
Fuente: Contra el Imperio
Url documento: http://www.nodo50.org/... (en formato RTF)

Cuando nuestros remotos antepasados descendieron de los árboles, los más audaces se irguieron sobre sus patas traseras y no tardaron en descubrir los beneficios de la ambulación bípeda. El hecho de caminar erguidos amplió su horizonte (en el sentido más literal de la expresión: podían ver a sus depredadores y a sus presas a mayor distancia) y les suministró una ligera ventaja reproductiva sobre sus parientes más próximos (como estaban un poco mejor alimentadas, las hembras bípedas, por término medio, lograban amamantar a una cría más a lo largo de su vida fértil). Este pequeño margen les permitió sobrevivir como especie mientras las otras ramas del árbol prehumano eran truncadas por los implacables hachazos de la selección natural. La especie sobrevivió lo suficiente como para aprender a sacar partido de las extremidades superiores que el bipedismo había dejado libres, y ese nuevo logro, ese «beneficio colateral», garantizó su supervivencia definitiva. La racionalidad y la cultura (o, mejor dicho, la racionalidad-cultura: ambas cosas son inseparables, se determinan mutuamente) son «propiedades emergentes» de la prolongada y retroalimentada práctica de un grupo de primates de caminar juntos y erguidos (no en vano la evolución del hombre se suele representar mediante la secuencia condensada de su erguimiento ambulatorio).

El 13 de marzo de 2004, tuve el privilegio de participar, varios millones de años después, en una epifanía similar a la de los primeros bípedos. Miles de personas caminando juntas y erguidas durante más de doce horas, reclamando un territorio más habitable y un horizonte más amplio, propiciando la aparición de nuevas «propiedades emergentes» ­es decir, de una nueva cultura­ a partir de la vieja solidaridad de la especie; miles de personas convocadas por el imperativo moral de hacer frente a las mentiras y los abusos del poder, movilizadas por y hacia el «gran atractor» de la democracia participativa. Mucho más que una manifestación.

En mis cuarenta años de militancia antifascista, me he manifestado muchas veces, pero nunca antes de esta manera. Ocupamos el espacio y el tiempo (el espacio-tiempo, si se me permite el guiño relativista) de una forma sustancialmente distinta. Una manifestación sin recorrido ni horario, que a veces se bifurcaba y a veces se remansaba en un ágora instantánea, para volver a fluir luego libremente, a bifurcarse y re-unirse. Un clamor que a ratos se condensaba en un silencio aún más clamoroso. Una movilización doblemente joven: por su intrínseca novedad y por la esperanzadora juventud de la mayoría de los y las participantes.

Escribo esto el 14 por la mañana, sin saber cuál va a ser el resultado de las elecciones y sin importarme demasiado. El electorado es un sistema «caótico» (en el sentido físico-matemático del término, y a veces también en el coloquial), en el que una perturbación tan brusca como la de los brutales atentados del 11-M y la subsiguiente manipulación del Gobierno, igualmente brutal, puede, o no, provocar un efecto avalancha similar al de la protesta de los Goya del año pasado. Pero las consecuencias a medio y largo plazo son más seguras. Las manifestaciones multitudinarias contra la invasión de Irak sacudieron el país como un terremoto, y las réplicas de ese terremoto sociopolítico que algunos consideraban amansado se sucederán sin cesar hasta el definitivo derrumbamiento del búnker neofascista. La conversión de la cantidad en calidad ­junto con su fenómeno recíproco y complementario: la conversión de la calidad en cantidad­ abre un nuevo capítulo en la historia de las movilizaciones sociales, inaugura una nueva forma de hacer política, allana el camino hacia la democracia participativa. La movilización súbita, descentralizada, múltiple y multitudinaria del 13 de marzo ha sido, en ese sentido, un paso decisivo. O un salto, más bien.

Internet y los teléfonos móviles, que el poder no puede ni podrá controlar (por razones meramente cuantitativas, aunque también hay otras), nos brindan nuevas posibilidades de comunicación y organización. Tenemos las manos más libres que nunca, más versátiles, y nuestra voz puede llegar rápidamente a todas partes desde todas partes. La posibilidad de mandar simultáneamente un mismo e-mail a docenas de direcciones, la posibilidad de enviar un mismo mensaje a toda una agenda telefónica en pocos segundos, pone a nuestra disposición, en tiempo real, la potencia incontenible de las progresiones geométricas (una progresión de razón diez permite movilizar a diez mil personas en apenas cuatro pasos, es decir, en cuestión de minutos). La proverbial eficacia del boca-oreja, potenciada por instrumentos accesibles, instantáneos, ubicuos e incontrolables por el poder, puede hacer frente con éxito a los medios de comunicación oficiales y a los aparatos represivos (no en términos de igualdad, evidentemente, pero sí con la misma eficacia con que una guerrilla puede poner en jaque a un ejército e incluso infligirle derrotas memorables). El medio no es el mensaje, como dice McLuhan, pero le confiere una nueva dimensión, un nuevo estatuto espaciotemporal.

La imprenta hizo posible la revolución humanística del Renacimiento. El telégrafo, al permitir la comunicación instantánea lineal, hizo posible la revolución rusa; Internet, que permite la comunicación instantánea en red (nunca mejor dicho), y los teléfonos móviles, que permiten la comunicación instantánea reticular y móvil (nunca mejor dicho), harán ­hacen­ posible la nueva revolución global. Esperemos que sea tan resistente como la cubana, tan pacífica como la venezolana, tan generosa como la que se está gestando en el corazón herido de Euskal Herria. Esperemos que sea definitiva, es decir, inaugural. Para alcanzar el otro mundo, ese otro mundo posible que está en éste, sólo tenemos que seguir caminando, juntos y erguidos, en la misma dirección que el 13 de marzo.

[22.3.04] [0 comentarios] [#] [lista]


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Publicación: Blogger | Estadísticas: eXTReMe Tracking

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