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Te abrazamos, Madrid

Autor: Sebastián Hacher
Fuente: La Haine, 12/03/2004
Url documento: http://www.lahaine.org/...

En los próximos días necesitamos, aun en medio del dolor, prepararnos para lo que se viene; un intento de reeditar dentro y fuera de España la llamada "guerra contra el terrorismo" que venía haciendo agua por los cuatro costados, incluyendo el electoral.

Es difícil escribir en estos momentos. Quisiera ser poeta y regalarte con mis palabras un vaso de agua fresca, o una caricia de terciopelo en tus heridas recién abiertas. Quiero que sepas, Madrid, que los que peleamos por cambiar este orden injusto, que los que no queremos que el hombre siga siendo verdugo del hombre, sentimos rabia y dolor desde el lugar del mundo donde nos tocó nacer.

Un gran amigo, que sobrevivió al atentado de pura casualidad, nos contaba hoy que "a esa hora viajamos y en esas líneas ferroviarias, otro tipo de gente: rusos, polacos, rumanos, peruanos, ecuatorianos, todos con su bolso con la comida del mediodía y seguramente trabajadores de la construcción. Algunas mujeres que trabajan en la limpieza. Y estudiantes porque hay universidades, la Carlos III ó la de Alcalá de Henares". Era gente de nuestra clase la que murió hoy.

Atentados como este paralizan, desorganizan, nos hacen sentir indefensos e impotentes. Es la guerra entrando a nuestra casa, invadiendo nuestra vida cotidiana sin dejar ni la mínima chance de defendernos. Lo mismo que sucede en Palestina cuando los tanques de Sharon derriban casas, o cuando desde el cielo llueven sobre los niños de Bagdad las bombas que se quieren disfrazar de libertad.

Pero lo que vimos hoy es también el monstro vomitando sobre su creador; nadie debe ignorar que Bin Laden es hijo de Bush y Blair, y que Aznar -por decirlo de forma educada- es el eunuco y aprendiz del dúo invasor.

Quienes vivimos de cerca la cobertura de los medios y las consecuencias del atentado del 11 de Setiembre del 2001, asistimos en estas horas a una situación que produce doble angustia; tras el lodo y la sangre, tras las vidas apagadas, se prepara el otro terror, el de la máquina imperial. Uno y otro terror se retroalimentan; se son funcionales mutuamente en su perversidad.

El 11 de Septiembre del 2001, cuando todavía ardían las ruinas de las torres gemelas, la máquina de guerra se puso en movimiento casi por acto reflejo. Los llamados al patriotismo y a la unidad nacional inundaron los aturdidos oídos de los sobrevivientes, de todos nosotros; no se habían secado las primeras lágrimas cuando Bush decretó la era de la "guerra contra el terror".

Quién escribe estas líneas llegó a New York el 29 de Septiembre del 2001, en medio de la paranoia del ántrax. La ciudad todavía olía a muerte y los preparativos para la guerra se amenizaban con consignas repetidas hasta el marasmo en las propagandas oficiales. "¡Fight Back NY, go to shop!", gritaba la más patética de todas.

Apenas quince días después, cuando comenzaban los bombardeos contra Afganistán, unas pocas miles de personas nos movilizábamos por las calles de New York, rodeados de insultos y de cientos de policías. Nunca sentí tanta soledad como en aquel entonces, en medio de los gritos histéricos de una clase media yanqui que clamaba por venganza, con periódicos que sacaban en la primera plana un misil con la leyenda "Yo amo a NY" pintada en la punta.

Hicieron falta dos guerras y la devastación de Irak y Afganistán para que el mundo entero señalara a Bush y sus aliados como a los mayores asesinos que pisan nuestra tierra. Hizo falta sacrificar a decenas de miles en el altar del "eje del bien", para entender que la "cruzada contra el terror" es tanto o mas sanguinaria y demencial que el atentado que acabamos de sufrir. Y que para terminar con el terrorismo, hay que terminar también con el sistema de opresión montada por un puñado de gobiernos y corporaciones contra el mundo entero.

Por eso, cuando hoy vimos ponerse a funcionar a la corporación mediática y a los discursos llenos de certezas frías e interesadas, todas las imágenes post-11 de Septiembre volvieron a desfilar sobre nuestros ojos. La histeria del gobierno de Aznar por responsabilizar a la ETA a cualquier precio y capitalizar electoralmente la muerte de doscientas personas, las poco difundidas noticias sobre represalias contra los presos vascos en las prisiones, las tapas del diario El Mundo cambiando radicalmente de línea editorial sin sonrojarse, son hechos alarmantes que deben hacernos pensar.

Por que allí están las pruebas de como actúan los Aznar y los Bush; los informes falsos sobre las armas de destrucción masiva en Irak, las casualidades de guerra teledirigidas, la repartija de las ruinas entre los invasores sedientos de petróleo, son los antecedentes de lo que podemos esperar.

Durante el 11 de Septiembre, nos sorprendió a muchos como Chomsky y un puñado de intelectuales denunciaban desde el corazón mismo del imperio que los atentados eras horrorosos, pero que "podemos pensar que EE UU es una víctima inocente sólo si decidimos ignorar que es un Estado terrorista, y que la prueba de ello eran 'Sus acciones en América Latina, las sanciones a Irak, su apoyo al general Suharto en Indonesia y su respaldo a las atrocidades israelíes en los territorios ocupados'. También en aquel entonces algunos trabajamos apoyando a Indymedia New York, que se preparaba para cubrir las movilizaciones contra el FMI, y terminó soportando sobre sus espaldas el peso de oponerse a la guerra mientras su ciudad se desangraba y sonaban los clarines de guerra.

Este 11 de Marzo también vimos mucho de eso; voces valientes que en medio del dolor se animaron a dudar, a decir sus verdades en forma madura, concientes de la gravedad de los hechos. Hablo principalmente de Rebelión y de La Haine, que supieron mostrar su indignación y solidaridad sin caer en la trampa de Aznar. En el otro extremo vimos lo de siempre; como algunos de los que hasta ayer eran compañeros de ruta -no hace falta dar nombres- corrieron a ponerse bajo la falda del discurso del Partido Popular, incluso insultando al sentido común.

Sin embargo, este 11 de Marzo no va a ser lo mismo que aquel 11 de Septiembre. El mundo ha cambiado desde entonces, y muchos sabemos que Aznar forma parte de una organización terrorista, de miedo, de desorientación y de confusión, pero que ya no puede sentirse tan omnipotente como antes; somos miles y millones los que no les creemos nada.

En los próximos días necesitamos, aun en medio del dolor, prepararnos para lo que se viene; un intento de reeditar dentro y fuera de España la llamada "guerra contra el terrorismo" que venía haciendo agua por los cuatro costados, incluyendo el electoral.

Una guerra que, es triste decirlo, queda cada vez más cerca de casa.

Y por eso también queremos que sepas que estamos aquí para abrazarte, Madrid, y que todos lloramos contigo.

[12.3.04] [0 comentarios] [#] [lista]


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