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Comuniones, ateísmo y sentido de la vida

Autora: Alizia Stürtze, historiadora
Fuente: Gara, 26/04/2004
Url documento: http://www.gara.net/...

Ahora que entramos en el mes de las comuniones, en que la gran mayoría de parejas clásicas, separadas, divorciadas, monoparentales, homosexuales o autoproclamadas «modernas» implican a sus hijos en el retrógrado y antropofágico ritual «porque es lo de siempre», no está de más recordar que, históricamente, la Iglesia católica y, en general, los grandes monoteísmos han sido y siguen siendo belicosamente intolerantes en cuanto a la moral sexual y familiar se refiere, y han combatido y condenado a sangre, fuego y golpe de sermón todos los valores que hoy se proclaman modernos y civilizados (los derechos humanos y sociales, la maravillosa «democracia»...) y también a quienes los defendían y defienden.

Como tan bien explica R. Joly en su "Dieu vous interpelle? Moi, il m'évite" ("¿Dios te interpela? Pues a mí me esquiva"), reconocerse hoy atea está mal visto, no es políticamente correcto. Y es que la lucidez crítica incomoda en estos tiempos de pensamiento frágil, aunque parece obvio que un ateísmo solidario y políticamente comprometido es la única postura que puede hacer frente coherentemente a ese supuesto Dios creador todopoderoso, sobrenatural e incognoscible que no es sino un producto cultural mantenido históricamente por unas estructuras de poder total y absolutamente terrenales, que se aprovechan de la inquietud que en el ser humano produce su irremisible finitud, y le llevan a edulcorar infantilmente su miedo con consuelos ficticios y compensaciones increíbles, coartándole la libertad.

Los creyentes se equivocan cuando se apiadan del ateo cuya vida, dicen, no tiene sentido, puesto que no tiene sentido de trascendencia, ni esperanza de inmortalidad o de recompensa futura. El sentido de la vida desde la lucidez crítica del ateísmo es el que le otorga la vida misma, que es lo único que poseemos y que, por tanto, tenemos que abordar con radical seriedad y con compromiso moral, intentando mejorarla individualmente y sobre todo colectivamente. La urgencia y la valorización de la vida tienen algo de integral para el ateo cuya utopía civilizadora es una humanidad libre de la omnipresencia religiosa siempre predispuesta a la intolerancia y el integrismo.

Como dice Comte-Sponville «mi vida no tiene sentido en sí misma... no existe un sentido absoluto; pero hay sentido en mi vida cada vez que se pone al servicio de algo o de alguien ­de una causa justa, de personas que amo, de proyectos liberadores...».

[26.4.04] [0 comentarios] [#] [lista]

La Biblioteca Virtual Cervantes sirve al año 44 millones de páginas

Autor: Tomás Delclós
Fuente: Ciberp@ís, 22/04/2004

Creada hace cerca de cinco años, da acceso a la lectura de más de 12.000 textos desde Internet

Desde que se creó en julio de 1999, la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes no ha dejado de crecer. Las estadísticas demuestran el progreso de un proyecto pensado para hacer accesible desde Internet el patrimonio bibliográfico, documental y crítico de la cultura española e hispanoamericana. En estos momentos alberga unos 12.500 textos, sirve más de 44 millones de páginas anuales y sus lectores transfieren a diario 3.500 mbytes.

Emilio La Parra, director de la biblioteca, recuerda que los primeros tiempos no estuvieron exentos de dificultades. "Encontramos algunas reticencias en las bibliotecas de clásicos que disponían de los fondos que queríamos digitalizar y, aunque muchas obras son de dominio público, hay muchas otras en las que debemos gestionar derechos". La biblioteca no se limita a escanear una obra y colgarla en la Red. "Tras digitalizar el texto, lo corregimos, se edita en lenguaje XML y se le dota de herramientas lingüísticas para facilitar el trabajo sobre el mismo".

¿Qué buscan los lectores que se acercan a esta biblioteca? "Hay tres usos principales y porcentualmente similares (el 25-29%) que son el ocio, la docencia o aprendizaje y la investigación". La mayoría de usuarios tienen estudios superiores. El origen de las consultas cubre todo el planeta aunque, lógicamente, las procedentes de España encabezan las estadísticas. Siguen las que llegan de Argentina y Chile y, a más distancia, las conexiones desde Estados Unidos. Francia, Italia, Reino Unido y Alemania aportan un porcentaje similar y luego siguen el resto de países de América del Sur, incluyendo Brasil. Pero la biblioteca tiene registrados accesos puntuales desde países como el Congo, Yemen, Irak o las islas Salomón.

"La obra más consultadas es Don Quijote, con mucha diferencia. Le siguen obras de Pérez Galdós, Mario Benedetti, La Celestina y piezas de Lope de Vega. Una publicación muy consultada es la revista Doxa, sobre filosofía del Derecho, editada por la Universidad de Alicante".

Acceso libre

En el catálogo dominan los originales en castellano, pero hay un importante fondo en catalán y, en colaboración con la Biblioteca Nacional de Brasil, el fondo en portugués empieza a crecer, con unos 100 títulos. También se presta atención a la creación en gallego y en otras lenguas americanas. La biblioteca no digitaliza obras de creación en inglés, pero ofrece textos críticos en este idioma, así como en francés, italiano...

Las obras son de acceso libre, pero la fórmula de presentación, por capítulos, hace más laboriosa la descarga íntegra. "No facilitamos en exceso la descarga íntegra, pero tampoco la impedimos. Estamos en conversaciones con distintas empresas para ofrecer las obras en los distintos soportes de libros electrónicos. Con todo, creo que el papel no desaparecerá". La Parra está convencido de que el servicio de la biblioteca satisface porque la fidelidad de los usuarios es alta. La buena acogida anima a la gente de la biblioteca no sólo a crecer en cantidad, sino en distintos formatos. En su sitio se pueden encontrar portales dedicados al cine español, a gente de teatro como Pepe Rubianes o Els Joglars, al arte contemporáneo, al exilio literario español, a la expulsión de los jesuitas de España o a la literatura gauchesca. Ahora trabajan para abrir uno sobre la cultura en quechua.

La Biblioteca trabaja con un presupuesto que ronda los 1.800.000 euros anuales. Empezó como un empeño de la Universidad de Alicante, el Banco de Santander Central Hispano y la Fundación Marcelino Botín. A su patronato se han ido incorporando otras instituciones como la Real Academia, el Instituto Cervantes, el Gremio de Editores, Repsol o el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, que apoya un portal sobre el lenguaje de los signos de las personas sordas. Para los invidentes se ofrece una fonoteca en la que en parte de los archivos puede escucharse la lectura íntegra y, en colaboración con el Imserso, están trabajando en futuras aplicaciones y herramientas que faciliten el acceso.

[25.4.04] [0 comentarios] [#] [lista]

Babel terminológica referida al mundo de las bibliotecas

El siguiente texto ha sido difundido varias veces a través de la lista IWETEL, y parece ser, como nos informa en esa misma lista Gustavo Gómez (23/04/2004), que su autoría hay que buscarla en el Departamento de Bibliotecología de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata (Argentina). Concretamente, el documento original se localiza en las páginas de las Cátedras de Clasificación I y II, apartado "Un poco de humor". No tiene desperdicio, que lo disfruten. También les recomiendo la lectura del resto de textos incluidos en dicho apartado.

Babel bibliotecaria

Por 02-051-055.2-057.4-058.2'.6'.832

En el principio Dios creó al bibliotecario. Dijo Dios: "funda bibliotecas por todo el mundo, selecciona los documentos de mayor calidad, organiza la información, presta servicios de excelencia y vela por el interés de los usuarios. Mantén actualizado el catálogo y confortable la sala de lectura, pero no escuches la Voz de las Tinieblas, porque si lo haces te confundirás y desaparecerás como profesional".

El bibliotecario hizo todo cuanto Dios le pidió. Levantó bibliotecas en bellos edificios e incorporó en ellas todo tipo de documento creado por el hombre para registrar la información: tabletas de arcilla, rollos de papiro o pergamino, códices de pergamino o papel, libros, revistas, diarios y boletines impresos y toda la gama de documentos icónicos, audiovisuales, tridimensionales y legibles por computadora, incluyendo aquéllos disponibles en Internet. Inventó y reinventó el catálogo (y con él la recuperación de información), que evolucionó desde las antiguas bibliotecas sumerias hasta las bibliotecas ciberespaciales. Lo mismo sucedió con múltiples herramientas y métodos de trabajo: normas de catalogación, sistemas de clasificación, vocabularios controlados, el análisis por facetas y la indización pre y poscoordinada, el servicio de referencia y el de circulación, incluyendo el préstamo interbibliotecario y la conmutación bibliográfica. Capacitó a las personas en todo lo necesario para acceder a la información. Adoptó normas de calidad y definió indicadores de desempeño específicos para las bibliotecas, con el fin de evaluar y mejorar sus procesos, productos y servicios. Para todo ello utilizó la tecnología de punta disponible en cada época y en cada lugar, desde el punzón requerido para la escritura cuneiforme hasta la computadora y las telecomunicaciones del siglo XXI. Alzó su voz en contra de la censura y en defensa del derecho de todos a la información. Elevó su carrera a los más altos niveles universitarios, convirtiéndola en una profesión útil, noble y digna.

Pero una mañana, mientras el bibliotecario realizaba sus tareas habituales, sintió una voz ronca y tenebrosa que le llamaba: "Ven, acércate". El bibliotecario giró la cabeza y observó, entre incrédulo y sorprendido, la visión de un árbol seco y retorcido, de negro tronco y negras ramas. La voz insistió: "Ven, acércate".

Temeroso, pero lleno de curiosidad, el bibliotecario se acercó con precaución. Una sensación sobrenatural se apoderó de él y el lúgubre manto de la noche cubrió la zona, en pleno día.

"Pero acércate, no tengas miedo" - volvió a escucharse.

"¿Eres la Voz de las Tinieblas?" - preguntó el bibliotecario con ingenuidad. "Dios me ha recomendado que no te escuche".

"Pero no digas tonterías; dialoguemos y verás que esta conversación te conviene" - contestó la Voz.

El bibliotecario se acercó a la extraña planta, lo suficiente para ver las víboras que arrastrándose por el suelo comenzaban a enroscarse en el tronco.

"¿Quién eres?" - preguntó intrigante la Víbora Primera, al tiempo que mostraba su venenosa lengua de dos puntas.

"Soy el bibliotecario" - contestó éste con seguridad.

"¡Ja, ja, ja! ... Pobre ... ¿Pero en qué mundo vives? ¿No sabes que ahora te llamas documentalista?".

"¿Qué estás diciendo?" - intervino la Víbora Segunda - "lo correcto es especialista de la información o científico de la información".

"Gestor de información, nena, los otros términos ya fueron" - interrumpió la Víbora Tercera.

"Mejor en inglés, information manager" - opinó la Víbora Cuarta - "y si eres el jefe chief information officer o CIO".

"Yo prefiero gestor del conocimiento, knowledge manager o chief knowledge officer" - agregó la Víbora Quinta con aires de sabelotodo.

"Pero con esos títulos, nadie va a saber quién soy ni qué hago" - reaccionó el bibliotecario".

"Precisamente, de eso se trata" - le informó la Víbora Sexta - "todo el mundo se preguntará qué es y qué hace esa persona, pero como a nadie le gusta pasar por ignorante, se limitarán a decir ... ¡Ahhh qué interesante!".

"¡Bibliotecario!" - recalcó con desprecio la Víbora Séptima - "¡No existes! ¡Desapareciste con el meteorito que extinguió a los dinosaurios!".

Todavía resonaban en su mente las risas de burla de los reptiles interlocutores, cuando el bibliotecario se dio cuenta de que, repentinamente, la visión había desaparecido. Invadido por el temor, se ocultó entre los estantes del depósito. Desde allí escuchó la voz de Dios que le llamaba:

"Bibliotecarioooooo, ¿dónde estás? ... ¿Qué haces ahí? ... ¿Por qué te escondes?".

"Porque me da vergüenza que los demás me vean con esta profesión de murundanga que tengo" - contestó el bibliotecario, sin atreverse a levantar la mirada del suelo.

"¿Quién te ha hecho pensar que es una profesión de murundanga? ¿Acaso le has prestado atención a la Voz de las Tinieblas?" - preguntó Dios.

"Las víboras me llamaron con insistencia y no pude evitarlo..." - lloriqueó cobardemente.

Entonces Dios se enfureció con el bibliotecario y pronunció su severo castigo:

"Por haber escuchado la Voz de las Tinieblas vivirás para siempre en la confusión y la falta de identidad. Te echaré de la Dirección de la Biblioteca que será ocupada por otros profesionales, aunque no sepan nada al respecto, mientras el público será atendido por un empleado administrativo que ganará más que tú. Te ocuparás de los procesos técnicos, pero todos te harán sentir que "sólo sirves para hacer fichas". Cuando solicites un ayudante catalogador, te asignarán personal de maestranza bajo tratamiento psiquiátrico y nunca te comprarán un tesauro actualizado. En promedio, ganarás un sueldo de trescientos pesos al mes y nunca lograrás un estatuto profesional que te proteja".

"Cualquiera vendrá y te dirá "no se dice usuario, sino cliente" y tú lo repetirás como un loro, aunque hayas dejado la vida para satisfacer al usuario. O te dirán: "el paradigma de la biblioteca ya no es la conservación sino el acceso" y tú te impresionarás con la frase, aunque hayas pasado siglos facilitando el acceso. Tu lugar de trabajo será llamado centro de documentación, centro de materiales didácticos, centro de información o centro de gestión del conocimiento, y cuando la confusión entre todas estas organizaciones -que en definitiva hacen lo mismo- sea inmanejable, entonces las llamarás unidades de información o UI. Por supuesto, la sociedad no será capaz de diferenciar entre ellas y las seguirá llamando biblioteca".

"Víboras nacionales y extranjeras dictarán cursos inútiles en los que sólo aprenderás que catalogación se dice descripción bibliográfica y que la clasificación ha pasado a ser organización del conocimiento; términos desconocidos para cosas que tú mismo inventaste. Además de confundirte, pagarás estos cursos a precio de oro y saldrás de ellos sabiendo lo mismo que sabías antes de inscribirte".

"Pondré enemistad entre los bibliotecarios universitarios y no universitarios y haré proliferar títulos en Bibliotecología con uno a cinco años de estudios, pero todos accederán a los mismos cargos y salarios; así permanecerán eternamente divididos y frustrados. Jamás te pondrás de acuerdo con otro bibliotecario".

"Hasta que llegue el día en que revalores en serio tu profesión y tu propia terminología, te revalores a ti mismo y a los numerosos bibliotecarios que han ofrecido su creativo aporte para que, ¡durante milenios!, los seres humanos hayan podido acceder a la información. Entonces, si todavía estás a tiempo, te perdonaré".

La Plata, 1 de marzo de 2001

[24.4.04] [0 comentarios] [#] [lista]

Ordenadores para una demostración de Kepler

Autor: Kenneth Chang
Fuente: El País, 14/04/2004 (*)

(*) Traducción del original "In Math, Computers Don't Lie. Or Do They?" aparecido en The New York Times. Este artículo también ha sido publicado en el periódico argentino La Nación, siendo libre, en este caso, el acceso al documento.

Un matemático recurre a la informática para probar la mejor solución de apilar naranjas

Una importante revista matemática ha aceptado finalmente que uno de los problemas sin resolver desde hace más tiempo, la forma más eficaz de acumular naranjas, se ha resuelto de forma concluyente, pero sólo si se confía en los ordenadores. La respuesta es la que los expertos y los fruteros sospechaban: apiladas en forma de pirámide.

El problema al apilar naranjas, o balas de cañón, o bolas de billar, del modo más eficaz es obvio: la disposición piramidal permite asentar más abajo cada capa de naranjas, en el hueco dejado por la capa inferior, y ocupar menos espacio que si los frutos se asentaran unos encima de otros. Aunque ésa parecía la respuesta correcta, nadie ofreció una demostración matemática convincente hasta 1998; e incluso entonces muchos expertos no quedaron convencidos. Durante seis años, los matemáticos han escudriñado los cientos de páginas de un artículo escrito por Thomas C. Hales, catedrático de Matemáticas de la Universidad de Pittsburgh.

Pero la demostración que Hales da al problema, conocido como la Conjetura de Kepler, se basa en una compleja serie de cálculos informáticos; demasiados y demasiado tediosos para que los matemáticos que revisan su artículo los comprueben a mano. Creerla requiere, por consiguiente, cierto nivel de fe en que el ordenador realizó los cálculos de manera intachable, sin errores de programación. Para un campo que ofrece lógica desapasionada y verdades y mentiras supuestamente inequívocas, ése es un incómodo intermedio grisáceo.

El primer grupo de revisión dedicó varios años al intento, pero abandonó hace un año

Dadas las ambigüedades, la revista, la prestigiosa Annals of Mathematics, ha decidido publicar sólo las partes teóricas de la demostración, que se han comprobado de la manera tradicional. Una revista más especializada, Discrete and Computational Geometry, publicará los capítulos informáticos. La decisión representa un término medio entre la aceptación incondicional y el rechazo de las técnicas informáticas, cada vez más habituales en matemáticas.

El debate sobre las demostraciones obtenidas con ayuda del ordenador es la versión superior de las discusiones sobre el uso de las calculadoras en las clases de matemáticas: si la tecnología genera mejores resultados, al acelerar los cálculos repetitivos, o si más bien priva a las personas de su base. "No me gusta, porque uno no tiene la sensación de entender lo que está ocurriendo", afirma John H. Conway, catedrático de Matemáticas en Princeton. Pero otros matemáticos consideran la informática una gran ayuda: de la misma forma que los ordenadores de hoy pueden vencer a los grandes maestros del ajedrez, los ordenadores del mañana quizá puedan descubrir demostraciones con las que no han conseguido dar los mayores matemáticos.

Un rompecabezas matemático
Naranjas, balas de cañón o cualquier otro tipo de esferas de igual tamaño, si se apilan piramidalmente, ocupan sólo un 74% del espacio disponible. Johannes Kepler dijo en 1611 que esta era la disposición más eficaz.

El problema del almacenamiento de naranjas data al menos de la década de 1590, cuando sir Walter Raleigh, abasteciendo su barco para una expedición, se preguntó si habría una forma rápida de calcular el número de balas de cañón acumuladas en una pila basándose en la altura de ésta. Su ayudante, Thomas Harriot, le proporcionó la ecuación solicitada. Años más tarde, Harriot mencionó el problema a Johannes Kepler, el astrónomo que había deducido el movimiento de los planetas. Kepler concluyó que la pirámide era la forma más eficaz (una disposición alternativa, con cada capa de esferas acumulada en forma de panal de abeja, es igualmente eficaz, pero no mejor). Pero Kepler no ofreció una demostración. Una demostración rigurosa, noción establecida por primera vez por Euclides hacia el 300 a. C., es una progresión lógica, que parte de suposiciones y llega a una conclusión. Si la cadena es correcta, la demostración es verdadera, si no, es errónea. Pero a veces una demostración es un concepto borroso, sometido al capricho y a la personalidad. Casi ninguna demostración publicada contiene todos los pasos; simplemente hay demasiados.

La Conjetura de Kepler tampoco es la primera demostración basada en los ordenadores. En 1976, Wolfgang Haken y Kenneth Apel, de la Universidad de Illinois, usaron cálculos informáticos para demostrar el teorema que afirma que cualquier mapa necesita sólo cuatro colores para garantizar que no haya regiones adyacentes del mismo color. El trabajo se publicó, y los matemáticos empezaron a encontrar errores en él. En cada caso, Haken y Appel solucionaron rápidamente el error. Pero "a muchos matemáticas esto les dejó mal sabor de boca", dice Robert D. MacPherson, director de Annals.

Para evitar que esto volviera a suceder, los directores de Annals pidieron una revisión cuidadosa y completa de la demostración de Hales."Pero las cosas no han salido como esperábamos", dice MacPherson. El primer grupo de revisión dedicó varios años al intento, pero abandonó hace un año, agotado. Todo lo comprobado por los revisores, dirigidos por Gabor Fejes Toth, de la Academia Húngara de Ciencias, resultó correcto. Pero la perspectiva de revisar todos los cálculos resultó demasiado abrumadora. MacPherson compara el proceso con corregir las pruebas de una guía de teléfonos. "Todas las partes de la guía de teléfonos que comprobaron estaban bien", dice, "y miraron en muchos sitios".

Los directores de Annals enviaron el artículo a otro matemático, quién confirmó que los fundamentos teóricos eran buenos, y se tomó una decisión salomónica: dividieron el artículo de Hales en dos. "La parte publicada en The Annals of Mathematics es una demostración", dice MacPherson. "Consideramos que ha hecho una importante contribución a las matemáticas". Siguiendo una nueva política, Annals ha decidido dar crédito a las demostraciones asistidas por ordenador, pero con un valor inferior al otorgado a las demostraciones tradicionales, considerándolas más como experimentos de laboratorio que proporcionan pruebas suplementarias.

Incluso en las demostraciones tradicionales, los revisores raramente comprueban todos los pasos, centrándose en los puntos más importantes. Al final, pueden creerse o no la demostración. "Cada vez más personas dicen que ésa es la demostración, y uno las cree", comenta Akihiro Kanamori, catedrático de Matemáticas en la Universidad de Boston. Por eso hoy en día rara vez se habla de una demostración anterior de la Conjetura de Kepler, ofrecida ocho años antes que la de Hales. Wo-Yi Hsiang (Universidad de California en Berkeley), afirmó que tenía la demostración en 1990, y en 1993 publicó un artículo que ahora considera un borrador, no una demostración completa. Los matemáticos la criticaron duramente, diciendo que contenía vacíos de lógica. Hsiang publicó su demostración completa en 2002 en forma de libro, no en una revista especializada.

Algunos creen que los ordenadores acallarán el debate sobre las demostraciones. En lugar de servir sólo como herramientas para los cálculos, como en la demostración de Hales, los ordenadores podrían usarse también para descubrir nuevas demostraciones.

"La mente humana nunca será reemplazada", opina Larry Wos

Matemáticos como Larry Wos, del Argonne National Laboratory, usan programas informáticos de razonamiento automatizado: introducen los axiomas y el ordenador examina las posibilidades lógicas en busca de una demostración. Debido al enorme número de posibilidades, sigue haciendo falta un humano para decirle al ordenador dónde buscar. "La mente humana nunca será reemplazada", opina Wos, pero la ventaja de los ordenadores es su falta de ideas preconcebidas. "Pueden seguir trayectorias completamente opuestas a la intuición", dice. Considera que el ordenador también realiza el trabajo tedioso, dando a los matemáticos más tiempo para contemplar otros problemas, y genera tantos o tan pocos detalles como el matemático desee. Intel, el gigante de los microprocesadores, usa programas de comprobación de demostraciones para analizar los algoritmos de sus procesadores. Hales se ha embarcado en un proyecto similar, llamado Flyspeck, las letras F, P y K hacen referencia a formal proof of Kepler [demostración formal de Kepler] para descartar todas las dudas que hoy provoca la demostración informática. Sin embargo, los programas actuales no pueden manejar algo tan complejo como la Conjetura de Kepler. Hales calcula que para completar el proyecto harán falta 20 años de trabajo acumulativo de un equipo de matemáticos.

[24.4.04] [0 comentarios] [#] [lista]

Crónica de una persecución

Autor: Alberto Manguel
Fuente: Babelia - El País, 17/04/2004

El deseo de recordar y el de olvidar está detrás de la destrucción de libros. Fernando Báez recupera la página negra de esta historia. Otro tomo recoge cuatro siglos de la edición en España.

Desde sus lejanos principios, la historia del libro está iluminada por las hogueras de los censores. Digo mal: censores implica que la destrucción obedece siempre a una justificación razonada. Como lo prueba el aterrador y magistral libro del erudito venezolano Fernando Báez, autor de una excelente Historia de la antigua biblioteca de Alejandría y de una relación de Los últimos días de Martin Heidegger, la mayor parte de estos crímenes fueron (y aún son) cometidos sin justificación alguna: por ignorancia, por olvido, por desidia, por error, por miedo, por la acción del agua, del fuego y del gusano que todo lo corroe. La historia del libro está desde siempre acompañada por la historia de su destrucción.

Felizmente, al mismo tiempo que esta nueva historia universal de la infamia, ha aparecido una versión paralela que la opone y la sopesa. La Historia de la edición y de la lectura en España, bajo la dirección de tres notables catedráticos especialistas del libro y de las prácticas de lectura, narra a través de unos setenta ensayos (magníficamente ilustrados y acompañados de documentos la mayor parte poco conocidos), los curiosos avatares de la más regocijante de las artes humanas. Siguiendo como modelo la ejemplar Histoire de l'édition française dirigida por Henri-Jean Martin y Roer Chartier de 1982, y limitándose al espacio de cuatro siglos y medio españoles, este impresionante volumen representa sin duda el compendio de estudios más completo sobre el tema. Necesariamente algunos de los argumentos del libro de Báez son repetidos (y ampliados) en esta otra historia, pero el lector que desespere de lo que Báez muy justamente llama "memoricidio" hallará sosiego en doctos artículos que analizan, en la Historia de la edición y de la lectura en España, cuestiones tales como las "nuevas propuestas a un público femenino" en los siglos XVII y XVIII, o los "usos de la lectura" en el siglo XIX. Si algo resulta evidente de este encuentro entre el deseo de recordar y el deseo de destruir es que la generosidad de la memoria nos obliga a conservar el relato de las prácticas del olvido.

Báez toma como punto de partida (y también como final) la más reciente de nuestras destrucciones de libros, ocurrida durante el saqueo de las bibliotecas, museos y archivos de Irak en abril de 2003. "Nuestra memoria ya no existe. La cuna de la civilización, de la escritura y de las leyes, ha sido quemada. Sólo quedan cenizas". Con estas palabras, dichas por un profesor de historia de Bagdad, comienza Báez su libro. "Los comunicados procedentes de Bagdad son inadecuados, falsos e incompletos. Todo se encuentra mucho peor de lo que nos han dicho. Hoy estamos próximos a un desastre". Con estas otras palabras, dichas no por un reportero o especialista contemporáneo sino por Lawrence de Arabia en 1920, en una carta dirigida a sus superiores, Báez concluye su encuesta. Entre ambas citas yacen seis mil años de nuestra historia que incluyen, de ruina en ruina, la biblioteca de Alejandría, las prohibiciones de los faraones de Egipto, los crímenes de los biblioclastas de Grecia, los esfuerzos de los drásticos emperadores de China por eliminar el pasado, la obra de los censores de Roma, las obras paganas destruidas por los primeros cristianos, las primeras destrucciones de las bibliotecas de Bagdad, los libros musulmanes y judíos purgados en España, los códices quemados en México, las hogueras del Santo Oficio, la censura de la Inglaterra puritana, los incendios y naufragios de bibliotecas diversas, las obras inmorales o blasfemas prohibidas en el siglo XIX, el Holocausto nazi, los saqueos durante la Guerra Civil española, las bibliotecas víctimas de las dictaduras del siglo XX, el terrorismo y la guerra electrónica. La Historia universal de la destrucción de libros tiene algo de cementerio.

No la voluntad de destruir libros sino su ubicuidad sorprende en la obra de Báez. Todas las culturas, todas las épocas participaron. Ni siquiera los mismos escritores son inocentes. Platón, según Diógenes Laercio, destruyó las obras de Demócrito; Descartes pidió a sus lectores que quemaran los libros anteriores a su Discurso del método; David Hume exigió la supresión de todos los manuales de metafísica; los futuristas propusieron la quema de todas las bibliotecas; Vladímir Nabokov (horresco referens) quemó el Quijote en el Memorial Hall de Harvard ante más de seiscientos alumnos.

La tarea de los destructores de libros es colosal y no siempre requiere el fuego. A veces basta abortarlos o despreciarlos. Dos de los muchos documentos reproducidos en la Historia de la edición y de la lectura en España ilustran estas otras tácticas. El inquisidor general Andrés Pacheco, en una carta dirigida al Rey de España, fechada el 25 de septiembre de 1623, se queja de la abundancia de libros perniciosos y, precavido, pide que éstos sean censurados antes y no después de ser impresos. Casi dos siglos más tarde, Carolina Coronado escribe una carta a Hartzenbusch quejándose del empeño de la sociedad española en prohibirle la lectura a las mujeres, quienes "después de terminar sus ocupaciones domésticas, deben retirarse a murmurar con las amigas y no a leer libros que corrompen la juventud".

Pero también están los que alientan, propagan y defienden la lectura, y la Historia de la edición y de la lectura en España les hace erudito honor investigando la tarea de traductores que inventaron ingeniosas maneras de escapar a la censura, de impresores y libreros que en los siglos XVII y XVIII propusieron al público nuevas formas del libro, de editores enciclopedistas decimonónicos cuyos nombres se confunden con su obra (como Salvat, Seguí y Montaner y Simón), incluso de periodistas y de magnates de la prensa que, quizá por razones menos intelectuales que económicas, ofrecieron en las páginas de sus diarios lecturas para todos.

Una historia de la edición y de la lectura, y otra de la destrucción de los libros ¿son la crónica de un arte que muere, o la declaración de principios de un arte que se niega a desaparecer? Creo que lo último. Las amenazas pronunciadas contra el libro desde los púlpitos, desde los sillones de gobierno, desde las oficinas de la industria electrónica, no han hecho, al parecer, sino alentar nuestro reconocimiento de la lectura como actividad esencial del ser humano. Que los lectores sean pocos, que lean mal, que confundan propaganda con literatura importa menos que el arte de leer continúe, las más veces, a ayudarnos a ser un poco más felices y un poco menos idiotas.

Historia universal de la destrucción de libros: de las tablillas sumerias a la guerra de Irak. Fernando Báez. Destino. Barcelona. 2004. 416 páginas.

Historia de la edición y de la lectura en España: 1472-1914. Dirección de Víctor Infantes, François López, Jean François Botrel. Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Madrid, 2004. 862 páginas.

[Más información: Luis Antonio de Villena publicó en El Cultural una reseña de Historia universal de la destrucción de los libros de Fernando Báez. Este libro también fue referenciado en Alas y Balas, concretamente en la anotación Pasta de Papel]

[18.4.04] [0 comentarios] [#] [lista]

La Disciplina de los Sistemas de Bases de Datos. Historia, Situación Actual y Perspectivas (mayo 2002)

Autor: José Hernández Orallo (*)
Url documento: http://www.dsic.upv.es/... (en formato PDF)

(*) Departament de Sistemes Informàtics i Computació, Universitat Politècnica de València

[El siguiente texto es la introducción del documento referenciado]

Aunque la materia Bases de Datos tiene un carácter propedéutico [1] para la disciplina de los sistemas de bases de datos y el área más general de sistemas de información, es necesario conocer cuál ha sido la evolución y estado actual de la tecnología de bases de datos, con el objetivo de estar preparados para los cambios que, inevitablemente, se van a dar en el área de las bases de datos y los sistemas de información.

Para ello, en este informe se relata brevemente la evolución de los sistemas de bases de datos, centrándose en los fundamentos de la tecnología actual y su motivación. Haremos un repaso de las nociones y evolución básicas de los modelos pre-relacionales, relacional, objetual y objeto-relacional, las bases de datos paralelas y distribuidas, multimedia, los almacenes de datos, la relación entre las bases de datos y la web, así como otras áreas y aplicaciones. Esto nos lleva a evaluar la situación actual, especialmente las nuevas demandas sobre sistemas de información exigidas por el aumento de interconectividad, los nuevos imperativos de publicación e intercambio de información, los datos semiestructurados y el estándar XML, así como el análisis de datos para la toma de decisión y los avances y perspectivas en las "bases de conocimiento". Se comentan también las líneas de investigación abiertas más importantes en el área y una opinión personal sobre hacia donde parece dirigirse la disciplina. Finalmente, se estudia sucintamente la sociología de la disciplina, su interrelación con otras disciplinas del área de Lenguajes y Sistemas Informáticos y las organizaciones, congresos y publicaciones más importantes. [continúa]

[1] propedéutico, ca: 1. adj. Perteneciente o relativo a la propedéutica. 2. f. Enseñanza preparatoria para el estudio de una disciplina (definición extraída del diccionario de la RAE).

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Antoine de Saint-Exupery

Días atrás se ha conocido la noticia de la confirmación de que los restos hallados hace cuatro años, frente a las costas de Marsella, pertenecen efectivamente al avión que pilotaba Saint-Exupery en la que a la postre fue su última misión, de modo que el misterio de su desaparición y presumible fallecimiento, queda parcialmente aclarado.

Hallados restos del avión del autor de 'El Principito' - Frente a la costa de Marsella

Fuente: El Mundo, 08/04/2004
Url documento: http://www.elmundo.es/...

Restos del avión del piloto y escritor francés Antoine de Saint-Exupery, el autor de 'El Principito', han sido encontrados frente a las costas de Marsella (sureste) 60 años después de su desaparición, informó el Departamento de Investigaciones Arqueológicas Submarinas (DRASSM).

Saint-Exupery desapareció el 31 de julio de 1944, después de partir de la isla de Córcega a bordo de su Lightning P38 para una misión de reconocimiento destinada a preparar el desembarco aliado en Provenza.

Una pieza del avión, localizada al este en la isla de Riou, el mismo lugar donde un pescador había encontrado en 1998 una pulsera con el nombre del aviador, ha sido formalmente identificada como perteneciente al aparato de Saint-Exupery, según el DRASSM.

"El avión se cayó en la zona de Roiu", según el conservador jefe de patrimonio del DRASSM, Patrick Granjean, quien aseguró que el hallazgo de los restos no resuelve el misterio del accidente.

"No se sabe por qué ocurrió y probablemente no lo sabremos jamás", añadió.

La pieza del Lightning 38 fue detectada por un submarinista profesional, Luc Vanrell, en mayo de 2000, aunque los expertos tuvieron que esperar hasta octubre de 2003 para obtener la autorización de sustraer los restos.

Las técnicas de limpieza, una vez fuera del mar, permitieron descubrir una inscripción de cuatro cifras, 2734, que corresponde a la matrícula militar del avión de Saint-Exupéry, según la tabla del 'US Air Force'.

Saint-Exupery escribió, entre otras obras memorables, 'El Principito', traducido a 118 lenguas y uno de los libros más vendidos del mundo, después de la Biblia y de 'El Capital' de Carlos Marx, con más de ocho millones de ejemplares.

Durante la II Guerra Mundial, intervino en la misión de Arras en 1940, antes de instalarse más tarde en Nueva York, donde aseguró que "la guerra no es una aventura. Es una enfermedad como el tifus", lo que le valió las críticas de los seguidores del general Charles De Gaulle.

Sin embargo, en 1943 volvió a luchar en la guerra, y eso a pesar de que era considerado "demasiado mayor" para pilotar. Su insistencia le permitió llevar a cabo varias misiones hasta la del 31 de julio de 1944, cuando partió de Córcega y ya no volvió.

[Efectivamente, en mayo de 2000 podíamos leer, en ABC por poner un ejemplo (edición 25/05/2000), la siguiente noticia:]

Un buzo de Marsella afirma que ha encontrado el avión de Saint-Exupéry

Un submarinista de Marsella ha descubierto los restos de un avión militar que pudo ser el que pilotaba Antoine de Saint-Exupéry el día de su desaparición, el 31 de julio de 1944, confirmando los indicios que pudieran comenzar a esclarecer, algún día, el impenetrable misterio que continúa rodeando la desaparición del aristócrata, aviador y autor del libro más vendido de la historia de la lengua francesa contemporánea.

En 1998, un pescador ya encontró en la bahía de Marsella un brazalete que llevaba grabado el nombre de su esposa, Consuelo, y pudo ser el regalo del editor norteamericano de «El principito», escrito y publicado durante el exilio neoyorquino, en plena Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la familia Saint-Exupéry se reserva el día y la fecha exacta en que dará a conocer su opinión al respecto.

Las relaciones entre Consuelo Suncín de Sandoval con la familia de su tercer esposo siempre fueron muy difíciles y complejas, y la celebración del primer centenario del nacimiento de Antoine Jean-Baptiste Marie Roger de Saint-Exupéry (29-6-1900/31-7-1944) no ha resuelto ninguno de los viejos contenciosos familiares. Bien al contrario. Los hagiógrafos de Consuelo y Saint-Exupéry continúan debatiendo sobre los orígenes y secuelas de complejísimos problemas de amor, honor y memoria.

Mientras la Francia oficial continúa multiplicando los homenajes que culminarán dentro de unas semanas, Lue Vanrell, propietario de una tienda especializada, submarinista él mismo, en la bahía de Marsella hizo público ayer el penúltimo descubrimiento: los restos de un avión militar, francés, que, según él, pudieran corresponder a los del Lockheed «Lighting P38», de tipo J, modificado en F59, semejantes a los del aparato que pilotaba el legendario escritor-aviador el día de su misteriosa desaparición. Vanrell no quiere desvelar por el momento el lugar exacto en el que localizó los restos del avión por temor a que la información incite a los Piratas de reliquias submarinas. Según el buzo, los restos están muy dispersos por el fondo del mar, debido a que se trata de una zona en la que faenan los pescadores, que con sus redes, los han ido moviendo sin saberlo los últimos 46 años.

El descubrimiento de la pulsera-brazalete, en 1998, abrió una página inédita del misterio Saint-Exupéry. El descubrimiento, ayer, de un avión que pudiera ser el del autor de «El Principito» abunda en la misma tierra de nadie, en algún lugar de la bahía de Marsella.

Ante el optimismo del pescador que hace dos años, encontró el posible brazalete de Saint-Exupéry, y el nuevo descubrimiento del posible avión de la leyenda, las autoridades y los especialistas oficiales guardan un silencio muy prudente.

El nuevo hallazgo fue sometido, ayer, a los especialistas en arqueología marina y submarina del Ministerio de la Defensa, a la espera de un estudio oficial y definitivo. Se sabe muy poco sobre el origen exacto de la desaparición de Saint-Exupéry. No está claro ni confirmado que su avión fuese abatido por los alemanes. Tampoco es posible decir gran cosa de un posible accidente, a la espera del estudio de los posibles restos de su avión. Queda una evidencia: Antoine de Saint-Exupéry ya había sufrido varios accidentes graves, y no se encontraba en una forma física ideal. Nos queda, también, una formidable leyenda, que, con motivo del centenario de su nacimiento, el 29 de junio próximo, continúa alimentándose con una interminable relación de libros, estudios, biografías y revisiones de una obra poética sin duda única en la historia de la lengua francesa contemporánea.

[Por otra parte, en la revista El Cultural dedicaron en ese mismo año (28/06/2000) una serie de artículos al autor de El Principito, al cumplirse 100 años desde su nacimiento:]

Saint Exupéry a los cien años

Lo esencial, decía el pequeño príncipe, es invisible a los ojos. También lo es el influjo que Antoine de Saint-Exupéry ha ejercido sobre tantas generaciones de jóvenes cautivados por la inocencia y la melancolía de su personaje más conocido. Pero Saint-Exupéry, piloto y poeta, fue algo más. Por eso, y porque mañana hubiese cumplido cien años, El Cultural intenta redescubrirlo con la ayuda de Juan Bonilla, que sobrevuela su vida y su obra, de Espido Freire, que descubre los matices de 'El Principito' y de Darío Villanueva, que reseña el último libro aparecido en España del escritor.

Saint-Exupéry viento, arena y estrellas

Todos sus libros nacían de experiencias biográficas, y aunque se cobijaran bajo el disfraz de la novela de aventuras, más bien resultaban capítulos de unas memorias intermitentes

Ante la necesidad de elegir entre ser Homero o ser Ulises, hay quienes optan por ser ambos: el héroe capacitado para cantar sus propias hazañas sin ayuda del bardo inmóvil, el bardo que antes de ponerse a cantar necesita recorrer mundo y sentir las amenazas del peligro. Saint-Exupéry perteneció a ese raro elenco de criaturas que hacen de su propia vida materia para contar y no han de aguardar a que otros la aprovechen para fabricar cuentos. De ahí que, a pesar de lo excepcional de su biografía, el interés de ésta será siempre menor que el de su bibliografía. Si nos interesan sus excursiones como aviador, sus vuelos nocturnos y sus aterrizajes forzosos -incluyendo el accidente que le costó la vida y lo convirtió en leyenda- es porque quien los protagonizó escribió Tierra de hombres, Vuelo Nocturno y Correo del Sur. Ulises sin Homero no es más que un excursionista ansioso. Saint-Exupéry debe esencialmente su popularidad a El pequeño príncipe, un hermoso cuento fantástico que varias generaciones de adolescentes de todo el mundo han apretado contra sus pechos, con la mirada perdida en las simas del aire y un suspiro pendiendo de los labios. Todo ello provocado por frases como "Los mayores no entienden nunca nada por ellos mismos, y es cansado para los niños andar siempre explicándoles las cosas". Al parecer la historia del príncipe encantador que se aburre en su planeta y decide recorrer el Universo para sacudirse su aristocrático tedio, se le ocurrió a Saint-Exupéry a finales del año 35, cuando su avión chocó con la cumbre de una meseta en el desierto de Libia. No era el primer percance de su ya atareada vida de piloto, pero sí uno de los que más materia literaria iba a darle, pues los dos días que permaneció desaparecido nutrirían su mejor novela, Tierra de hombres, depararían un relato y una emisión de radio, Aterrizaje forzoso en el desierto, y tal vez prestaron al piloto accidentado la figura del pequeño príncipe que iba a arrobar a tantos muchachos en los cinco continentes. No en balde cuando ese personaje adorable llega a la Tierra, va a caer precisamente al desierto.

El Pequeño príncipe se publicó en el año 43. Ya para entonces Saint-Exupéry era un escritor cuyos títulos no tardaban en agotarse en las librerías. Todos sus libros nacían de experiencias biográficas que no es difícil rastrear, y aunque se cobijaran bajo el disfraz agradecido de la novela de aventuras, más bien resultaban capítulos de unas memorias intermitentes del piloto y escritor francés. Los vuelos nocturnos que se ve obligado a realizar entre Río y Buenos Aires, por ejemplo, le sirven para escribir una novela. Su experiencia como director de la Compañía Aeropostal Argentina y sus esfuerzos por crear la línea de la Patagonia uniendo Buenos Aires y Punta Arenas, alimentará Correo del Sur. Y más adelante, en el año 40, sus incursiones de reconocimiento aéreo sobre Alemania, impulsarán su libro Piloto de guerra.

Pero no deja de ser curioso que ese mismo año 43, tan poco antes de su muerte, Saint-Exupéry escriba y publique el negativo de El pequeño príncipe, un texto sobrecogedor y hermosísimo sobre lo que significa la palabra patria. Es la Carta a un rehén. Es un texto muy breve en el que Saint-Exupéry se dirige a un amigo judío que se ha quedado varado en la Francia ocupada por los nazis. Desde Lisboa, Saint-Exupéry trata de explicarse qué es una patria, qué sentido tiene luchar por una tierra, por qué la recuperación de Francia merece el sacrificio de tantas criaturas. Sus conclusiones son un himno laico y abrumado de sensatez, muy recomendable para todo nacionalista que confunda aún el ombligo del mundo con su propio ombligo y el comienzo de la Historia de la Humanidad con la hora en la que se construyó su nación. Pero la gran novela de Saint-Exupéry es Tierra de hombres. En ella no sólo concentra lo más espectacular de sus experiencias como piloto, de sus catástrofes y sus taquicardias, sino también lo mejor de su estilo directo, poético y ameno. Ese libro se tituló en inglés Wind, Sand and Stars, o sea, Viento, arena y estrellas, y ciertamente ese título podría ser un espléndido epitafio para Saint-Exupéry. No descarta el escritor francés la poesía directa en algunos emocionantes párrafos de esa novela. He aquí por ejemplo un párrafo que nos dice bastante no sólo acerca del tono de la novela, sino que también nos susurra bastante acerca de este escritor legendario: "En cuanto a ti que nos salvas, beduino de Libia, te borrarás sin embargo para siempre de mi memoria. No me acordaré ya nunca de tu rostro. Tú eres ya el Hombre y te me aparecerás con la cara de todos los hombres a la vez. Nunca fijaste la mirada para examinarnos, y sin embargo nos reconociste. Eres el hermano bien amado. Y a mi vez yo te reconoceré en todos los hombres. Te me apareces bañado de nobleza y benevolencia, gran señor que posee el privilegio de dar de beber. Todos mis amigos, todos mis enemigos, en ti marchan hacia mí y no tengo ya un solo enemigo en el mundo".

Homero y Ulises confundidos en una sola existencia. Ulises a bordo de aviones de ruta o avionetas de guerra (también en misiones periodísticas, pues no hay que olvidar que Saint-Exupéry estuvo en la guerra de España como enviado especial de "France-Soir"), sobrevolando desiertos y capturando escenas para nutrir los emocionantes libros, llenos de escenas inolvidables y de ternura compensada por una prosa poco dulzona, escueta y eficaz, de un Homero que nunca quiso pararse demasiado, que necesitaba escribir rápido para emprender una nueva aventura, y que no quiso dejar que descubrieran su cadáver, enterrándolo en algún punto del mar. Un pescador encontró hace algún tiempo su brazalete: el brazalete de Ulises, el de Homero, el de alguien que llenó su vida, es decir, su literatura, de viento, arena y estrellas.

Juan Bonilla [url documento]

El principito melancólico

Pero yo, desgraciadamente, no sé ver corderos/ a través de las cajas. Soy quizá un poco como las/ personas mayores. Debo de haber envejecido.

Hace siglos que los cuentos infantiles dejaron de ser terribles y mágicos, y se convirtieron en amables fábulas (La Bella y la Bestia), en ingeniosos juegos robados a los adultos (como Gulliver, como Alicia), o en charadas divertidas (Harry Potter). Saint-Exupéry insiste en su dedicatoria a Léon Werth que El principito ha de encontrar su destino entre los lectores infantiles, y no rompe con esta historia la afirmación anterior. Su cuento dista mucho de la intensidad trágica de La Bella Durmiente, o de los artificios de varita y calabaza de Cenicienta. Se encuentra en él un sentimiento del que, habitualmente, se trata de proteger a los niños: la melancolía.

Exceptuando quizás a la dulce Sirenita, pocas historias para niños se ven atravesadas tan firme e insistentemente por esa lanza de nostalgia: desde la pesadumbre del aviador, por haber abandonado su infancia, y con ella una "prometedora carrera de pintor", de artista capaz de descubrir otras formas en lo cotidiano a la añoranza del principito, tras sus viajes a los siete planetas, de su hogar de baobabs, volcanes y flores, desde la desesperada evocación final, una vez que el principito ha desaparecido y se ha fundido con las estrellas y los cascabeles del desierto al leve tono crepuscular de todo el relato.

Tampoco puede hablarse de hazañas heroicas cumplidas con éxito. El príncipe de la historia no es un guerrero, no sufre ninguna maldición ni presión por abandonar su reino. Marcha por curiosidad, quizás, porque no le basta su diminuto asteroide y la rutina diaria de jardinero y de deshollinador. Y no parte en busca de una princesa, o de un objeto mágico. De alguna manera, parece saber que ha dejado a princesa y su fortuna atrás, bajó la constante amenaza de los baobabs invasores y de un volcán extinguido con el que, como dice una y otra vez, nunca se sabe.

No hay elementos mágicos, no aparecen ayudantes, ninguna de las pruebas a las que se enfrenta exigen una determinación que lo convierta en héroe. El principito de cabello dorado se muestra, lo que es más, parcial. No se siente obligado a decidir, o a amar.

Escapa de la dictadura del destino. Observa con ojos asombrados las tonterías de los mayores, que se empeñan, en los otros planetas, a contarlo todo, a controlar elementos libres: las estrellas, el tiempo, los accidentes geográficos, la voluntad de las personas, y cuando se aburre abandona, sin ofrecer nada a cambio, pero sin ser tampoco expulsado ni hallarse en peligro de muerte.

La muerte, precisamente, se le acerca por primera vez cuando llega al planeta Tierra. Hasta entonces ha vagado, niño eterno, entre manías adultas; le toca crecer. Cumple así a la perfección otras características de los cuentos infantiles: oscila, como un péndulo, entre el amor y la muerte, y sólo tras un crecimiento interno podrá pasar por ellas. Pero aún así, el misterioso príncipe mantiene su férrea voluntad, la impone a los obstáculos. Se dice de él que nunca abandona una pregunta tras haberla formulado; tampoco olvida, ni por un momento, que es un ser libre de las estrellas.

¿Por qué abandonar al delicado y tierno zorro, que le ha entregado su amistad, y al que rompe el corazón para marchar al encuentro de una flor no menos encantadora, pero fatua y presuntuosa, al fin y al cabo? ¿En qué cuento de hadas la bondad queda sin recompensa, y cuál obtienen el zorrito y el aviador, tan devotos, tan entregados a su visitante misterioso? Al parecer, quedan en la oscuridad y en la tristeza, consolados únicamente por el recuerdo.

Sin embargo, en esa misma situación debió quedar su flor de ingenuos pinchos al ser abandonada en el asteroide... y nadie afirma que el principito no vaya a regresar. Los milagros existen: el aviador logra encontrar agua en el desierto, y logra, ser humano pegado a la tierra, volar. ¿Por qué no puede encontrarse con el principito? Han transcurrido seis años, dice, desde su encuentro entre las arenas, A los seis años dibujó también él su primera boa-sombrero. Tras seis planetas encontró el principito nuestro planeta. En los cuentos el seis es siempre un número inestable, incompleto. Sin duda, al séptimo año retornará el principito.

La narración del aviador aparece, por tanto, incompleta. Quien ha desvelado una vez un misterio, sea el de la amistad, sea el enigma de la esfinge, está en condiciones de enfrentarse continuamente a retos similares. Aún quedan demasiados cabos por atar como para que esta historia termine: queda aliviar los corazones del zorro y el aviador, queda idear un sistema ingenioso para que el cordero (el cordero ideal, el nunca visto) se aficione únicamente a los baobabs, y no a las florecitas presumidas. Falta asegurarnos de que todo marchará bien, que efectivamente, el principito ha derrotado a la muerte, y reina sin corona: aún no estamos seguros de que el orden se haya restaurado de nuevo en su organizado planeta.

Del mismo modo que la cartomancia se enmascaró bajo la apariencia de un vicio, los juegos de azar y naipes, para que su práctica no cesara jamás, así también las grandes enseñanzas se han camuflado entre las sedas y los brillos de estrella de los cuentos infantiles con el objeto de que se transmitan de generación en generación. Es lícito, por tanto, desconfiar de ellos. Acumulan demasiada sabiduría, y nunca acatan lo convencional. Nos convierten en lo que somos, nos preparan para una existencia en la que nos convertiremos en adultos que no saben ver a través de las cajas. Es lógico que El principito se encuentre teñido de profunda melancolía; la misma que tendría la Bella Durmiente, ya casada, por su vida de soltera dormilona.

El tiempo, que nunca existe en los cuentos, ha surgido en este, como otra avería del avión, y ha roto el hechizo del presente eterno, de la eterna infancia. La simple presencia de este enviado de las estrellas nos hace tornar conciencia de que perdimos el reino en el que él aún es príncipe.

Espido Freire [url documento]

Tierra de los Hombres

Antoine de Saint-Exupéry
Carta a un rehén, Carta al general X
Traducción de Gabriel M. Jordá. Círculo de lectores, 2000

Saint-Exupéry odia una época en la que "bajo un totalitarismo universal, el hombre se convierte en ganado afable, educado y tranquilo"

El centenario de Antoine de Saint-Exupéry, que se cumple en estos días, tiene en el presente libro el mejor de los argumentos para justificar la vigencia de su autor más allá del éxito universal alcanzado por Le Petít Prince. No ha mucho se publicaba la primera traducción española de su obra inconclusa Ciudadela (Alba, 1997) en la que este piloto escritor trabajaba cuando su Lightning P-38, uno de los aviones más veloces de su tiempo, cayó al mar en un punto de la costa francesa que ha podido ser determinado en 1998, 44 años después del accidente. Días antes de su desaparición, Saint-Exupéry había redactado el último de los textos que se incluyen en este volumen, la 'Carta al general X', publicada en "Le Figaro littéraire" en 1948. Su Carta a un rehén' lo había sido en 1943, cuando el escritor estaba exiliado en Nueva York, y su obra 'Piloto de guerra' también era considerada allí un feroz alegato contra el nazismo. El volumen se completa con el título más extenso de todos, 'Tierra de los hombres', que data de 1939.

La rotundidad de los dígitos que marcan el nacimiento de Antoine de Sánt-Exupéry y la consiguiente conmemoración de su centenario confiere a la lectura de sus obras una especial significación cuando estamos a punto de entrar en un nuevo siglo. Porque el autor de 'Terre des Hommes' fue uno de los primeros escritores en ejercer su creatividad desde el mismo meollo de un mundo nuevo, marcado por el desarrollo técnico y la mecanización. Hijo de una familia lemosina de rancio abolengo, al sentimiento de una cierta nostalgia que deja traslucir, por ejemplo, cuando escribe aquí que "hay que arruinarse durante generaciones reparando el viejo castillo que se derrumba para aprender a quererlo" (pág. 202), el hecho es que a los doce años de edad tuvo su bautizo de aire con el famoso piloto Védrines, y que en 1925 publicaba ya un relato titulado 'L'aviation'. Esa dualidad pasado/futuro se ve potenciada en su personalidad por otra no menos decisiva: Saint-Exupéry fue a la vez un hombre de acción y un poeta sensible y sentencioso, un escritor reflexivo que siempre aspiró a elevarse desde la anécdota a la categoría, preocupación que trasciende en su 'Carta a un rehén' cuando teme 'captar sólo los reflejos, no lo esencial'. Por eso resulta plenamente convincente la atribución que hace de los rasgos más significativos de su estética a la nueva perspectiva del mundo y del ser humano que el avión le ha proporcionado. No solo esta "herramienta de las líneas aéreas entrevera al hombre con todos los viejos problemas" (pág. 21), sino que le permite "descubrir el auténtico rostro de la tierra" (pág. 66) y lo sumerge "directamente en el corazón del misterio" (pág.79). Algo semejante le había sucedido a Valle-Inclán cuando su 'vol de nuit' sobre el frente francés en 1916, de donde surgió 'La media noche'. Visión estelar de un momento de guerra, que tanta influencia tuvo en su nueva poética.

'Tierra de los Hombres', "Gran Prix du Roman" de la Academia Francesa, es el relato autobiográfico de un aventurero humanista que, al tiempo que nos hace llegar sus reflexiones, nos cuenta sus aventuras de aviador en el Sahara y el desierto de Libia -en donde capotó al intentar batir el record de velocidad en el trayecto París/Saigón-, en la América austral cuando contribuía a la apertura de nuevas líneas aéreas que comunicasen Argentina con Chile, o en el frente de Madrid, pues Saint-Exupéry fue reportero en la guerra civil española, como acredita 'Un sentido a la vida' (Círculo de Lectores). El protagonismo que en todo ello tiene el avión es notable: a él están dedicados los capítulos tercero y cuarto. Sin embargo, pese a esa pasión desbordada hacia la máquina que asimismo deslumbró a los futuristas, Saint-Exupéry no se cansa en repetir una y otra vez que se trata de un instrumento para profundizar desde una nueva perspectiva en el gran tema que nunca se agota: la condición del hombre, que por aquel entonces también preocupaba a Malraux.

Saint-Exupéry percibía ya en los años 30 un cambio trascendental en la evolución de la Humanidad propiciado por el maquinismo y la tecnología. Todos los esfuerzos en este orden de cosas se le figuran orientados al logro de la simplicidad. Los ingenieros aeronáuticas no hacen sino borrar, pulir y aligerar los diseños más primitivos, y eso le parece al escritor coincidente con su propia labor, pero también la mejor actitud para aprehender la condición humana en su esencia más pura. Su humanismo es, así, esencial y relativista: las ideologías, por caso, no son sino pantallas que nos pueden confundir, mientras que la verdad "es lo qué hace que el mundo sea sencillo y no lo que crea el caos" (pág. 181).

Saint-Exupéry reivindica, además, un espiritualismo de nuevo cuño que neutralice la materialidad de las cosas y la tecnificación de los procesos. En este sentido, los otros dos textos de este volumen insisten en las mismas tesis. La 'Carta a un rehén', que fue ponderada por Francisco Giner de los Ríos como un mesurado y sereno documento del exilio, rico "en poder de educación", es muy explícita a la hora de situar la verdad en las relaciones humanas: "La verdad de ayer está muerta; la de hoy, aún por edificar. [ ...] cada uno de nosotros sólo posee una parcela de la verdad" (pág. 215). Porque Saint-Exupéry, a la vez que combate el totalitarismo nazi y denuncia el comunista, se muestra refractario a las ideologías, a esos grandes relatos legitimadores de que habla la posmodernidad. Y hacia ella -hacia nosotros- parece dirigirse su último escrito, esa especie de testamento embozado en una 'Carta al general X'. Se denuncia allí la robotización y la funcionarización (sic) de la Humanidad. Saint-Exupéry odia una época en la que "bajo un totalitarismo universal, el hombre se convierte en ganado afable, educado y tranquilo" (pág. 227). Teme que se aproxime "la más sombría época de la historia del mundo" en la que se distraiga a las personas con una cultura banal "como se alimenta a los bueyes con heno" (pág. 228).

En español

Tras la edición clásica de 'El principito' de Alianza, en los últimos años se han multiplicado las traducciones de una obra no muy abundante pero esencial. Así, 'Cartas a una amiga inventada' (Olañeta, 1982); 'Cartas' (El Observatorio, 1986); 'Ciudadela' (Círculo, 1992; Alba, 1997); 'Piloto de guerra' (Altaya, 1996); 'Un sentido de la vida: visiones de España, 1936-1938' (Círculo, 1995); 'Vuelo nocturno' (Plaza, 1989; Círculo, 1990; Anaya, 1994). Ya en el año 2000, Emecé ha reeditado 'Correo del sur', 'Tierra de hombres', 'Carta a un rehén' y 'Vuelo nocturno'.

Darío Villanueva [url documento]

[Más información: página oficial de Antoine de Saint Exupery]

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Enlaces de letras y ciberespacio

Autor de la reseña: José Antonio Millán
Fuente: Babelia - El País, 09/04/2004

La acogida crítica del hipertexto y su función literaria, en un ensayo que aborda la cualidad lírica de los enlaces y repasa algunas obras surgidas del nuevo medio.

Literatura Digital
Susana Pajares Tosca
Universidad de Extremadura. Cáceres, 2004

En 1945 el científico Vannebar Bush [1] [2] [3] [4] publicó un ensayo sobre Cómo podríamos pensar (traducido en Revista de Occidente, marzo 2001). Su idea era un sistema que diera acceso al conocimiento reproduciendo las asociaciones que hacemos cuando saltamos de una información a otra. En 1965 Ted Nelson dio nombre al hipertexto, un sistema informático que permitiría publicar y recuperar núcleos textuales en conexión. Desde entonces surgieron programas que permitían crear ficciones o piezas didácticas hipertextuales aisladas. Y desde hace poco más de una década la World Wide Web posibilita la creación de un colosal hipertexto en colaboración, ligando piezas textuales.

La historia que cuenta Susana Pajares Tosca (profesora en la IT University de Copenhague) en la primera parte de su obra es el relato crítico de la acogida, elogio desmedido, posterior desilusión y apertura de nuevos caminos en la apreciación del hipertexto. La primera reacción académica, norteamericana, saluda al nuevo medio como una posibilidad de romper con un sistema autorial periclitado, y aumentar la libertad del lector. La posibilidad de complementar los textos con imágenes y audios se ve también como la apertura necesaria del sistema textual.

¿Qué puede hacer una red de textos que no pueda hacer un libro, tanto en la creación pura como en el aspecto didáctico? Responder a esta pregunta exige por una parte repasar las funcionalidades de los medios tradicionales (y ahí están las obras discontinuas, como las enciclopedias o Rayuela), y por otro lado examinar las obras que ha producido el nuevo paradigma. Susana Pajares aporta una cuidada tipología de estas últimas, atendiendo a factores como su grado de apertura, de linealidad, origen de los fragmentos, etcétera, y también analizando cuidadosamente una serie de ejemplos significativos. Pero el alma del hipertexto es el enlace, y ahí es donde la obra de la profesora Pajares Tosca realiza su aportación más señalada, en el capítulo La cualidad lírica de los enlaces. Este aspecto evocador del enlace tiene una función clave, en la medida en que sugiere caminos para el lector, que luego serán desviaciones o complementos, pero que en conjunto irán construyendo la obra hipertextual.

Los últimos meses han visto una eclosión de obras centradas en el hipertexto, como María José Vega (editora), Literatura hipertextual y teoría literaria, Mare Nostrum; Covadonga López Alonso y Arlette Séré, Nuevos géneros discursivos: los textos electrónicos, Biblioteca Nueva; Javier Díaz Noci y Ranion Salaverría (editores), Manual de redacción ciberperiodística, Ariel. Esta producción significa que el hipertexto ha entrado en el sistema académico y que está generando pensamiento propio, de revisión bibliográfica y también de análisis de una práctica ya cotidiana (como la del periodismo digital). Sólo cabe esperar ahora que semejante reflexión desemboque en más prácticas hipertextuales, más ricas y libres.

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Unidad Archivística y devolución de documentos a sus legítimos dueños

Autor: José Luis de las Heras (*)
Fuente: Rebelión.org, 09/04/2004
Url documento: http://www.rebelion.org/...

(*) Historiador y Profesor Titular de la Universidad de Salamanca.

El triunfo del PSOE en las elecciones del pasado 14 de marzo ha vuelto a exaltar en Salamanca los ánimos de unas autoridades salmantinas que creen amenazada la unidad del Archivo de la Guerra Civil. Tras la toma de posesión de Zapatero se puede volver a una situación parecida a la que se produjo en 1995 cuando la ministra Carmen Alborch inició un proceso de negociación con la Generalitat de Cataluña en orden a iniciar la devolución de algunos documentos.

En estos momentos, en Salamanca estamos viviendo un clima de enfrentamiento con Cataluña. En la prensa salmantina pueden leerse titulares como los siguientes: "Maragall abre el fuego", "Maragall desenfunda", etc. Por su parte los políticos locales declaran enfáticamente una y otra vez que "defenderán la unidad del Archivo con todos los medios a su alcance". A juzgar por el clima de crispación existente se diría que la ciudad se dispone a organizar su defensa como si fuera Móstoles en vísperas del 2 de mayo de 1808.

En estas circunstancias, y dada mi condición de historiador, me he sentido en la obligación de recordar que el emplazamiento del Archivo en Salamanca fue puramente circunstancial. Se debió a que nació en 1937 en el seno del Cuartel General de Franco y en aquel entonces este personaje de infausta memoria residía en la capital charra, ciudad desde la que podía dirigir la Guerra Civil con la seguridad de que si era derrotado podría alcanzar la frontera portuguesa para beneficiarse del asilo dictatorial de Oliveira Salazar.

Este Archivo nació para reprimir el republicanismo, para castigar cruelmente a personas cuyo único delito era haber defendido el sistema de libertades políticas instaurado por la II República. Tras la conquista de Bilbao, en junio de 1937, las tropas franquistas incautaron documentación de instituciones como el Gobierno Vasco, la Generalitat, o los Ayuntamientos; así como de partidos, sindicatos y particulares. La información obtenida era utilizarla en juicios sin garantías contra procesados inocentes. Como consecuencia de estos procesos fueron fusilados muchos miles de personas.

Desgraciadamente, después de 65 años de terminada la Guerra Civil y cuando han transcurrido casi tres décadas desde la muerte de Franco, todavía no se ha podido condenar en las Cortes Españolas la sublevación de los militares fascistas en 1936, porque la mayoría del PP en la legislatura anterior se opuso. Pocas víctimas de la dictadura han sido indemnizadas por los daños que sufrieron. Las escasas ayudas económicas han llegado muy tarde y se han administrado cicateramente. Aquí mismo, en Salamanca, todavía existen cadáveres insepultos de fusilados que no han merecido todavía la atención de ninguna autoridad pública que se ocupe de enterrarlos adecuadamente.

En el caso de las personas, organizaciones e instituciones a las que se les incautó la documentación no se les ha reconocido derecho alguno y todo continúa como si los vencedores poseyeran "derechos de conquista". En este archivo hay documentos procedentes de 17 provincias y ninguno de ellos tiene relación con Salamanca, porque lamentablemente en esta ciudad se levantó el ejército el día 19 de julio de 1936 y desde ese mismo día comenzaron las detenciones y fusilamientos. Todo se hizo tan aceleradamente en aquellos primeros meses de la Guerra Civil que las desgraciadas víctimas no tuvieron ocasión de presentar sus descargos, ni siquiera en juicios de parodia. Directamente se les fusiló, por tanto no hubo papeles y tampoco hizo falta archivo.

En el año 1995, el entonces muy anciano Gonzalo Torrente Ballester, en una desafortunadísima intervención que hizo desde el balcón del Ayuntamiento exigió al gobierno de Felipe González que no devolviera los documentos porque eran "derechos de conquista". Ahora ya no se oyen cosas similares, pero los políticos locales insisten mucho en la "unidad del archivo". Como ciudadano me preocupa que no se haga justicia a quienes fueron incautados de sus documentos injustamente y como historiador quiero que se conserve toda la información necesaria para conocer nuestro pasado; pero sinceramente en estos tiempos de tan perfeccionados adelantos tecnológicos es totalmente compatible la restitución del patrimonio documental a sus legítimos dueños con la salvaguarda de la unidad archivística. Basta con digitalizar los documentos, después de catalogarlos convenientemente.

Por otra parte, contrasta el esfuerzo realizado por los políticos salmantinos en defensa del Archivo de la Guerra Civil con lo poco que hacen para mantener en condiciones idóneas el Archivo Municipal, sobre cuya gestión tienen ellos una responsabilidad directa. El mencionado archivo carece de instalaciones propias y en estos momentos sus fondos están dispersos por varios locales, alguno de ellos es un sótano en el que la investigación histórica resulta muy difícil o imposible.

Dicho de otra manera, quien firma estas líneas considera que el problema del Archivo de la Guerra Civil es fundamentalmente un problema político que espera un encauzamiento adecuado con la acción del nuevo gobierno y de las todas las partes implicadas en el asunto. Resuelto el problema político, no faltarán historiadores y archiveros, capaces de solucionar los problemas técnicos.

En cuanto a los políticos que desarrollan su actividad en una provincia con una de las tasas de envejecimiento poblacional más altas de Europa y con una de las rentas "per cápita" más bajas del Estado español estamos seguros que no les va a faltar materia en la que ocuparse aunque se solucione el problema del Archivo de la Guerra Civil.

[9.4.04] [0 comentarios] [#] [lista]

Irak: El ejército español participa en una masacre contra manifestantes anti-ocupación (al menos 20 muertos y 200 heridos)

Fuente: La Haine - agencias, 05/04/2004
Url documento: http://www.lahaine.org/...

Una jornada de protestas anti-ocupación en Nayaf degeneró ayer en una masacre perpetrada por el ejército español en colaboración con tropas de otros países.

Un fotógrafo de France Presse presente en el lugar asegura que un convoy formado por cuatro vehículos españoles pasó ante los manifestantes, que reaccionaron excitados y comenzaron a gritar 'No, no a Estados Unidos, no a Israel', mientras lanzaban piedras e insultaban a los militares. El convoy, dice el periodista, se retiró aproximadamente 30 metros y luego "abrió fuego sobre las primeras filas, que comenzaron a caer".

El periodista Mohamed al Sharif, de Al Yazira, dijo por su parte que "las fuerzas de ocupación españolas mataron al menos a 20 manifestantes iraquíes e hirieron a más de 150 en la ciudad de Nayaf", según aparece en la edición en Internet de la cadena.

El saldo total de heridos durante la masacre se elevaría a 200, según fuentes médicas. Asimismo, en los posteriores enfrentamientos, al menos un militar estadounidense y otro salvadoreño murieron y otros nueve soldados de la coalición ocupante resultaron heridos.

La "heroica" versión oficial española

Según la versión ofrecida a Europa Press por Base España, en Diwaniya, estos incidentes fueron en realidad el producto de "dos ataques" que "simultáneamente" se produjeron en la ciudad, uno contra la base española Al Andalus y el otro contra un acuartelamiento del Cuerpo de Defensa Civil Iraquí (ICDC), protegido por las tropas salvadoreñas.

Los militares españoles participaron en la defensa de la base Al Andalus y, a través del Grupo Táctico Extremadura, apoyaron a los salvadoreños en el ICDC.

Según esta versión, alrededor de las 12:00 horas "un grupo de personas armado sin mediar intercesión inició fuego sobre las instalaciones de la base" española. El Ministerio de Defensa español afirmó que "las fuerzas de la coalición asentadas en la base Al Andalus, formada por salvadoreños y algunos españoles", respondió al fuego en "legítima defensa", como prevén las "reglas de enfrentamiento".

En los enfrentamientos también participaron helicópteros 'Apache', que actuaron en los combates del ICDC, y dos F-16 estadounidenses, que desde primera hora de la tarde sobrevolaron la zona para prestar apoyo aéreo de fuego.

[más información]

[5.4.04] [0 comentarios] [#] [lista]

Mentiras también en Kosovo

Autor: Ramón Chao
Fuente: La Voz de Galicia, 02/04/2004
Url documento: http://www.lavozdegalicia.es/...

En realidad, la guerra que se terminó en junio de 1999, no concluyó todavía ni logró ninguno de sus objetivos.

La versión oficial, destinada a la opinión, consistía en decir que los Estados Unidos (con Europa) atacaban Yugoslavia para detener un genocidio. Se ha tenido que reconocer (discretamente) que tal barbarie nunca existió, y ahora resulta casi imposible condenar al acusado número uno de las masacres, Slobodan Milosevic.

El inventor de esta gran mentira fue Alastair Campbell, consejero de comunicación de Blair, en cuya imaginación delirante se fraguó la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.

De todas formas, los hechos son testarudos, como decía el otro. Ocupado desde hace cinco años por la OTAN, Kosovo sufre desde entonces una verdadera limpieza étnica, con la complicidad de los Estados Unidos, aseguran los policías alemanes destacados allí: «Cuando vemos que los mafiosos gozan de la protección americana, nos das ganas de vomitar».

¿Cuáles eran entonces los fines de esta guerra? En primer lugar, liquidar la autogestión y los derechos sociales de los trabajadores yugoslavos para privatizar la industria sin problemas.

La crisis obliga a las multinacionales a conquistar nuevas tierras y nuevos mercados. Por medio de tanques y bombas, si es necesario. La seguridad social y los derechos de los trabajadores han sido suprimidos. Así, la US Steel, pudo comprar Sartid, la fábrica siderúrgica más grande de los Balcanes, por un puñado de dólares. Imponiendo en Belgrado un gobierno del FMI, las multinacionales creen haber ganado, pero tal gobierno acaba de ser desaprobado en las últimas elecciones.

También se trataba de controlar la vía estratégica de los Balcanes. Berlín quiere que la ruta del petróleo pase por el Danubio (y por Belgrado) para llevar el petróleo y el gas del Cáucaso y de Oriente Medio hasta Hamburgo y Rotterdam. En cambio, EE.UU., en su deseo de debilitar a Europa, impone otro trazado más al sur, que pase por los Estados vasallos de Bulgaria, Macedonia y Albania. Con este fin, acaba de construir en Kosovo una base militar gigantesca, llamada Camp Bondsteel.

El instrumento que utiliza EE.UU. para llevar a cabo su estrategia es la UCK, un movimiento irredentista y violento que desde siempre quiere crear una Gran Albania étnicamente pura (con Albania, Kosovo, zonas de Serbia, Macedonia, Montenegro y Grecia).

Hace años, esta UCK era, según los Estados Unidos, un grupo terrorista. Ahora, considera a sus guerreros combatientes de la libertad. Con ellos piensa desintegrar lo que queda de Yugoslavia demasiado izquierdista a su entender, y crear un nuevo Israel en los Balcanes, un estado-marioneta armado y financiado por Washington, foco de tensión permanente que pueda justificar un día una intervención directa. Será un caballo de Troya de EE.UU. para desestabilizar el continente europeo en estos momentos de guerra económica intensa. Por esta razón, explica el experto canadiense Chossudovsky, Estados Unidos ha establecido «un acuerdo interesado con la mafia de Kosovo». La rivalidad entre Estados Unidos y Europa es la verdadera explicación del drama actual. Los soldados franceses son el objetivo de Mitrovica. Los golpes proceden de Washington. En Irak, Bush se enreda y ni Chirac ni Schröder hacen nada para sacarlo del atolladero. Para colmo, la nueva situación en España modifica la relación de fuerzas en Europa. Y esta es la reacción más inmediata de los EE.UU. para realzar su presencia en el viejo continente. Otras vendrán.

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Crean el primer robot que realiza el trabajo de un bibliotecario

Fuente: IBLNEWS, 02/04/2004
Url documento: http://iblnews.com/...


La siguiente noticia, difundida por la agencia EFE y publicada en iblnews.com, entre otros medios, ha llegado a nuestro conocimiento gracias a un comentario dejado por "Xoán" en una anotación hecha por Catuxa en Deakialli ("Ni se te ocurra estudiar biblioteconomía..."). Sin duda, el proyecto del que se da cuenta en dicha noticia implica un compendio de tecnología y de sinergia entre muy diversas disciplinas (robótica, subsistemas de reconocimiento de voz y visión artificial, etc.) muy relevante, al que en absoluto debe ser ajeno el mundo de las unidades de información y sus trabajadores, pero no es menos cierto que la aplicación concreta de este sistema, dentro del conjunto de tareas tradicionalmente desempeñadas por los profesionales de las bibliotecas, centros de documentación y archivos, no deja de tener "su aquel" para los miembros del colectivo... hay que tener en cuenta que los sistemas robotozidos aplicados al almacenaje, clasificación y localización de toda clase de documentos, no es ninguna novedad en el ámbito de los grandes depósitos documentales pertenecientes a multinacionales, corporaciones de tamaño grande y medio, e instituciones públicas de mucha entidad. Sin embargo el desarrollo de autómatas de funcionamiento completamente independiente, capaces de suplir en las tareas cotidianas a los bibliotecarios humanos, puede tener ciertamente importantes repercusiones en la profesión bibliotecaria a medio y largo plazo, especialmente teniendo en cuenta el contexto social y económico que rige de modo casi generalizado en la mayor parte de los países "desarrollados", contexto en el que prima la "productividad", la (obsesiva) reducción de costes, y la consecución de entornos laborales exentos de cualquier atisbo de "conflictividad"...


Un equipo de investigadores del Laboratorio de Robótica Inteligente de la Universidad Jaume I de Castellón (UJI) ha creado el primer autómata capaz de realizar labores de un bibliotecario, según informan en un comunicado fuentes de esta universidad.

El robot es capaz de reconocer por voz el libro que se le solicita, localiza su ubicación, lo coge y lo transporta allí donde sea necesario, según informó EFE.

La máquina incluye un sistema de reconocimiento de voz y un dispositivo de visión artificial que le permite leer las etiquetas de los lomos de los libros y compararlos con los libros que busca, hasta que se produce la coincidencia.

De este modo no es preciso cambiar el sistema de identificación de las obras bibliográficas, ya que el robot se adapta a la forma de etiquetar que se emplea en la actualidad en las bibliotecas.

Por el momento, el robot se limita a identificar los libros y a manipularlos, lo que incluye una mano guiada por visión artificial y la extracción del libro de la estantería mediante el uso de un sensor de fuerza, aunque se prevé que próximamente se podrá mover libremente por la biblioteca.

A diferencia de la mayoría de autómatas que requieren un entorno libre de obstáculos para moverse sin incidentes, el robot bibliotecario, según el comunicado, funcionará con unos sensores de infrarrojos, sonar y láser, que evitarán los choques con personas y objetos.

El robot, que consta de un brazo manipulador con pinzas montado sobre una plataforma móvil, podrá moverse de manera autónoma en entornos interiores que pueden "suponer un reto incluso para las personas".

La creación del robot bibliotecario se inscribe dentro de una línea de investigación más general del Laboratorio de Robótica Inteligente que, una vez superada la introducción de los autómatas en la industria, pretende hacer lo propio en los hogares y en las oficinas.

[fin de la noticia publicada en iblnews.com]


También se han hecho eco de la noticia en otros medios: El Mundo Universidad, Libertad Digital, etc. Así mismo en Amoxcalli Blog. En el número 1084 de la Revista d'Actualitat de la UJI encontramos un enlace a un breve artículo, "La UJI crea nuevos robots para biblioteca y vigilancia" (en formato PDF), de febrero del año pasado, sobre la presentación del prototipo de "robot bibliotecario" y otros robots para tareas de vigilancia en edificios. Se transcribe a continuación la parte del texto referida al primero:


El laboratorio de Robótica Inteligente de la Universitat Jaume I (UJI) trabaja en la creación de dos nuevos prototipos con aplicaciones muy distintas. Uno de ellos cumplirá funciones de bibliotecario [...]

El profesor Ángel Pascual de Pobil explica que con el robot bibliotecario "se demostrará que es posible que el usuario pida un libro y el prototipo vaya a buscarlo, lo saque de la estantería y lo lleve donde le digan".

Sistemas de navegación

En el laboratorio trabajan ahora en el sistema de navegación del robot: movimiento con las ruedas y mapa de la biblioteca; y en el sistema de búsqueda. Del Pobil indica que el robot "dispone de una base móvil y un brazo articulado más grande que el humano y en el extremo lleva dos ojos que hacen de cámaras, un sensor de fuerza y unos dedos, ello le permite moverse y buscar por las estanterías". [...]

[4.4.04] [0 comentarios] [#] [lista]


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