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Feedmanía: nuevo lector de "feeds" on-line

"Feedmanía permite leer el contenido de páginas web y weblogs que disponen de feed o canal RSS sin necesidad de visitarlos individualmente a través del feed RSS/RDF/Atom (XML) del que disponen muchos sitios web y la mayoría de los weblogs."

Como ya se ha ido anunciando y comentando en otros sitios en las últimas horas, ha hecho su aparición pública Feedmanía, de la mano de José M. Abraldes (Abraldes.net) y Nacho Palou (Microsiervos); sus respectivas presentaciones del proyecto: [1] [2]. Se trata de un lector de "feeds" on-line, compatible con los formatos RSS, RDF, RSS 2.0 y Atom, con características muy interesantes (ver la página de Preguntas Frecuentes), al estilo de Bloglines.

Feedmanía es, por lo que he podido comprobar en una primera toma de contacto, muy fácil de utilizar y gestionar, y en general la estructura de todo el servicio y el portal que lo aloja, es clara y muy accesible. Únicamente hecho en falta la posibilidad de estructurar los canales suscritos mediante una jerarquía de categorías creadas a elección del usuario del servicio, aspecto muy importante cuando su número es muy elevado, y la temática diversa, pero a buen seguro que será una característica que sus responsables añadirán a este, no lo olvidemos, incipiente servicio, que en todo caso, y ya desde sus primeros pasos, ofrece una calidad y utilidad más que notables. Suerte con el proyecto.

[19.5.04] [0 comentarios] [#] [lista]

Patrimonio inmaterial

Autora: Mertxe Urteaga, arqueóloga
Fuente: Gara, 18/05/2004
Url documento: http://www.gara.net/...

Celebramos hoy el Día Internacional de los Museos, dedicado este año a sensibilizar sobre la necesidad de salvaguardar el patrimonio inmaterial. Pero, dicho así, «patrimonio inmaterial», puede que a más de uno le quepa la duda de sobre qué estamos hablando. Y quisiera contribuir a aclararlo y hacer alguna reflexión al respecto.

La UNESCO, para introducirnos en el significado del concepto «patrimonio inmaterial», recurre a su declaración de 1962, en la tribuna de ese organismo, el delegado de Mali, Amadou Hampaté Bâ; dice así: «En África, un anciano que muere es una biblioteca que desaparece». El patrimonio inmaterial viene a ser el legado integrado por las obras colectivas que emanan de una cultura y se basan en la tradición. Las tradiciones se transmiten por medios orales, gestos y comportamientos, y se modifican con el paso del tiempo a través de un proceso de recreación colectiva; se llama también patrimonio intangible y, para muchos pueblos, representa la fuente vital de una identidad arraigada en la historia. Se manifiesta, según la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial (París, 2003), en tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma, en artes del espectáculo, usos sociales, rituales y actos festivos, en conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo, y en técnicas artesanales tradicionales.

A diferencia del patrimonio material (histórico, artístico o arqueológico), el inmaterial es valor del presente; se mantiene vivo y esa vigencia es la que define sus rasgos fundamentales. Para los bienes materiales se habla de artefactos y para los inmateriales de mentefactos, lo que da idea de la importancia de los individuos que actúan de portadores de patrimonio en su propia comunidad.

Es un patrimonio vivo, pero muy vulnerable, especialmente en estos tiempos de cambios acelerados, marcados por la globalización. Las vías de salvaguarda se centran en grabaciones, registros y archivos, dedicándose especial atención a las personas que lo guardan, a quienes se considera «tesoros humanos vivientes» o «portadores de tradición». Este reconocimiento arranca en 1950, cuando el Gobierno de Japón decidió honrar a quienes poseían destrezas y técnicas esenciales para la continuidad de las manifestaciones de la cultura tradicional del país, con el título de Tesoros Nacionales Vivientes.

El portador de tradición es agente de transmisión de saberes y experiencias, pero también factor de cambio, por estar siempre asociado a la acción. Dice Lamontagne, una autoridad en la materia, vinculado al Ministerio de la Cultura de Quebec, que su contexto natural, su medio de vida, es distinto al de sus padres o abuelos y, por ejemplo, cuando canta o baila el portador de tradición no interpreta; «hace lo que conoce y, por esta razón, no sabe que, haciéndolo, crea el patrimonio vivo y que ese patrimonio está en el alma».

[18.5.04] [0 comentarios] [#] [lista]

Apogeo de la televisión-basura

Autor: Higinio Polo
Fuente: Rebelión, 17/05/2004
Url documento: http://www.rebelion.org/...

Como en España no hay demasiado temor al ridículo, el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, alarmado por las deudas de Televisión Española, se despachaba hace unos días anunciando que no descartaba la privatización de una parte de la empresa. Y, para justificar sus palabras, no se le ocurría nada más que alegar la sinrazón de que una empresa pública gastara el dinero en producir esa roña de la televisión-basura (elemental, Fernández), sin que por eso cayera el secretario de Estado en la cuenta de que Televisión Española podría, simplemente, dejar de producir semejantes inmundicias.

Curiosamente, el mismo gobierno al que pertenece el señor Fernández Ordóñez (forzado sin duda por la servidumbre monarquista y por la inercia de las decisiones tomadas por el gabinete de José María Aznar) y los nuevos responsables de la televisión pública decidían mantener un aparatoso despliegue periodístico para informar al país de la boda de Felipe de Borbón y Leticia Ortiz. Como hay un déficit millonario en Televisión Española, nada mejor que dedicar ¡más de mil profesionales de televisión y doscientas cámaras!, junto con decenas de unidades móviles, para honrar a los contrayentes y a la prescindible monarquía y para combatir la plaga de la televisión-basura. Y, de paso, para entretener a la España hortera y para aburrir hasta a las ovejas.

Así, mientras el secretario Fernández nos ilustraba con sus ideas, los poderes públicos continuaban con la orgía de gastos para adornar la boda entre un veterano señorito y una periodista: la presión sobre los ciudadanos llega desde todos los medios de comunicación del país, y los entusiastas siguen planificando programas de televisión (¡50 horas de emisión dedicará TVE a este asunto!), escribiendo ridículos reportajes que adulan hasta la vergüenza al traspuesto heredero de una dinastía de desocupados y a los miembros de la familia Borbón, y llenando horas de programación radiofónica, al tiempo que los prometidos siguen recibiendo pleitesías de la mayoría de los políticos y autoridades del país (hay excepciones, sí), siempre disponiendo de los recursos públicos (sólo en Madrid celebraron un ágape con los novios 250  invitados, a cargo, claro, del presupuesto, en un festejo imprescindible para el país, según cree la presidenta de esa autonomía), y controlando que los regalos para la coyunda lleguen desde ayuntamientos, desde asociaciones de alcahuetas, círculos empresariales y presupuestos de instituciones diversas. Para que no falta de nada, la legión de aduladores se hace lenguas glosando "el sentido de la realidad que tiene la familia real", sin reparar en el dislate.

En esas estamos. Esa legión de lavacaras piensa seguir drogando al país con el narcótico duro de las pamelas que lucirán las señoras invitadas a la boda, con los escotes de carcamales y con los chaqués de buscavidas de la nobleza y de otras familias reales semejantes a los Borbones, que tienen a gala mostrar los restos del antiguo régimen y del parasitismo social más descarnado; esa legión, piensa seguir obligando al país a presenciar a todas horas los preparativos de esa feria de vanidades que es apenas una boda pueblerina que sólo gustará a la clientela engolfada por la televisión-basura. Y lo hacen mirando de lejos a los miembros de la familia Borbón, que pasan sobre ascuas por asuntos molestos, pretendiendo ignorar, por ejemplo, que Prado y Colón de Carvajal, el financiero de Juan Carlos de Borbón, ha ingresado recientemente en la cárcel por cobrar sobornos y comisiones millonarias, que, aunque apenas nadie lo escribe en la prensa diaria de gran tirada, iban dirigidas a engrosar el patrimonio de ese monarca campechano al que demasiados cobistas le ríen las gracias que no tiene.

Pero ver a Prado entre rejas no es la única noticia desagradable para quienes disfrutan de la monarquía y del presupuesto: además de la proliferación de actos de reivindicación de la memoria de la Segunda República, de la constante exhibición de numerosas banderas tricolores en cualquier manifestación o acto público, y de la corriente subterránea que crece por el país entre los jóvenes reclamando la república para un país adulto, por si faltara poco, hasta sectores que hasta ahora no se habían manifestado especialmente republicanos empiezan a protestar por el abuso.

Tomen nota: según el Diario Vasco en el mitin de celebración de los 125 años de la fundación del PSOE, que tuvo lugar recientemente en Madrid, en la plaza de toros de Vistalegre, grupos de jóvenes socialistas, algunos enarbolando banderas republicanas, empezaron a gritar vivas a la república, y, para sorpresa de algunos dirigentes monarquistas del socialismo español, la plaza entera gritó con los jóvenes "España, mañana, será republicana". El hecho de que aparecieran banderas tricolores, pese al cuidado con que los dirigentes del PSOE tratan al monarca, es una muestra más de los nuevos aires. Y, vuelvan a tomar nota, según publicaba el diario El Mundo, en los toros, donde Felipe de Borbón y su novia, que fueron a ver la Feria de San Isidro, también en Madrid, fueron abucheados. Por lo visto,  después de recibir varios brindis de los consabidos pelotas, el heredero y su novia fueron, al decir del periódico, "silbados por una gran parte del público".

Pero, ajenos a esas cosas, de momento, las televisiones públicas y privadas del país se disponen a culminar años de programas rosas del corazón, de cotilleos pueblerinos sobre asuntos de catre de rufianes y de señoritas que odian trabajar, años de televisión-basura, culminando así esa trayectoria con la boda de un heredero, que, a imagen y semejanza de los pícaros que vociferan en los programas de la televisión-basura, no ha trabajado nunca, ni piensa hacerlo, por poco que aguante el espectáculo la población. La boda, como apogeo de la televisión-basura.

No sé qué dirá el secretario de Estado Fernández, pero los cobistas nos dicen que con el programa de la boda estarán haciendo historia, y es verdad: historia de la televisión-basura. Tan partidarios como son algunos de privatizarlo todo, y no se les ocurre privatizar este asunto de la boda, y que lo paguen ellos.

[17.5.04] [0 comentarios] [#] [lista]

Inteligencia artificial y Derecho

Autor: Christian Hess Araya
Fuente: Revista Electrónica de Derecho e Informática, nº 39 (octubre 2001)
Url documento: http://www.alfa-redi.org/... (formato .doc comprimido en un .zip)

Introducción

Se llama informática jurídica decisional a aquel segmento de la informática jurídica de gestión que busca incorporar la intensa investigación que se desarrolla actualmente en torno a la aplicación de medios computacionales a la resolución automatizada de asuntos, especialmente a aquellos de carácter simple o repetitivo. En otras palabras, explora la viabilidad de aplicar al derecho los avances de esa compleja área de estudio que es la inteligencia artificial.

En su sentido más amplio, la frase "inteligencia artificial" (IA) alude a la posibilidad de que una máquina pueda simular los procesos de razonamiento que caracterizan al cerebro humano. "Simular" es aquí la palabra clave. En efecto, la verdadera inteligencia es -hasta ahora al menos- una propiedad exclusiva del cerebro evolucionado de las especies superiores, particularmente de la humana. Se trata de algo tan complejo que ni siquiera los propios expertos en la materia han llegado a un consenso sobre qué es exactamente, ni mucho menos sobre cómo funciona.

Sin embargo, aunque todavía no se pueda decir con precisión qué es la inteligencia, sí hay acuerdo sobre el hecho de que ninguna computadora actual -ni siquiera la más poderosa de que disponemos- es inteligente. Ellas carecen por completo de la capacidad de resolver problemas en forma autónoma. Precisan de una programación completa y minuciosa hasta para realizar las tareas más rudimentarias. [1]

En lo que las máquinas decididamente sí nos llevan ventaja es en el plano de la velocidad de procesamiento de datos. Incluso los primeros ordenadores ya mostraban su capacidad a ese nivel. Y, desde entonces, ese poder ha ido en crecimiento exponencial. [2] Pero esta característica no debe confundirse en ningún momento con el verdadero razonamiento. Se trata simplemente de fuerza bruta -si se quiere- lo que da a las computadoras su poder y utilidad. Esto es cierto incluso en aquellos campos en que más pareciera que las máquinas desarrollan una capacidad semejante a la del intelecto humano, por ejemplo, para jugar ajedrez. [3]

Actualmente, la investigación en la IA se orienta en dos sentidos fundamentales: por un lado, el análisis psicológico y fisiológico del pensamiento humano; por otro, la construcción de sistemas informáticos, crecientemente sofisticados, que puedan imitarlo. En este segundo plano, el término IA ha sido generalmente aplicado a los sistemas capaces de ejecutar tareas más complejas que las aplicaciones ordinarias, aunque por el momento muy por debajo de lo que podríamos considerar como verdadero raciocinio. Las más importantes áreas de análisis en este sentido incluyen el procesamiento de información (escrita o hablada), el reconocimiento de patrones, las computadoras capaces de jugar y otras aplicaciones tales como el diagnóstico médico. [4]

Sistemas expertos

Es una perenne pesadilla de algunos juristas la idea de que, en el futuro, una máquina pueda resolver casos y administrar justicia. Es conocida la imagen, plasmada incluso en más de una tira cómica o novela de ciencia ficción, de dos personas que relatan sus mutuas diferencias a una computadora; ésta, pasados unos segundos, escupe una tira de papel dictando su veredicto sobre el asunto.

En realidad, desde luego, ese escenario es absolutamente quimérico y lo más probable es que deba pasar bastante tiempo aun para que estén ampliamente disponibles los recursos de hardware y de software que permitan siquiera comenzar a experimentar en una dirección semejante. Pero eso no impide que haya quienes sostengan ya que, por principio, nos debe repugnar la idea de que categorías axiológicas como la equidad y la justicia puedan convertirse algún día en provincia de las computadoras.

Sea que uno comparta ese celo -o lo considere simplemente celos- el grave problema que presenta es que da una mala imagen a las muchas valiosas e importantes aplicaciones reales que podría tener la IA en el derecho. En otras palabras, el hecho de que se considere casi intrínsecamente inmoral la posibilidad de confiar a una computadora la tarea de impartir justicia [5], hace perder de vista fácilmente aquellas áreas en las que la informática sí podría constituir una herramienta invaluable para el mejoramiento de la actividad judicial y la del operador jurídico en general. Uno de estos campos, al que dedicamos ahora nuestra atención, es el del empleo de los sistemas expertos aplicados al derecho.

Un sistema experto, en síntesis, es una aplicación informática que procura capturar conocimiento y luego utilizarlo para emular el mecanismo de raciocinio de un experto humano, para la resolución de problemas concretos. Esto se logra automatizando su procedimiento de toma de decisiones. Es decir, los creadores de sistemas de este tipo analizan no sólo lo que un experto sabe, sino además la manera en que resuelve problemas, con el fin de tratar de replicar ese proceso artificialmente.

Un sistema experto consta fundamentalmente de una base de conocimiento, un motor de inferencia y una interface de diálogo con el usuario.

La base de conocimiento es un repositorio (probablemente una base de datos o aplicación similar) en el que se procura almacenar la información sobre lo que el experto sabe. El motor de inferencia es el algoritmo o conjunto de algoritmos que implementan las reglas de razonamiento por las cuales el experto llega a sus conclusiones sobre un problema determinado. Finalmente, la interface de diálogo establece el mecanismo por el cual usuario y sistema interactúan, de manera que el primero pueda proporcionar la información requerida para la interpretación del caso y que el segundo pueda luego externar la respuesta o respuestas generadas. Usualmente, la interface se diseña de modo que el sistema formule al usuario una secuencia de preguntas, tipo entrevista, como resultado de lo cual se pueda llegar a una recomendación razonada para la solución del dilema planteado.

¿Para qué se podría querer una herramienta de este tipo? En general, la utilidad de los sistemas expertos en las diversas áreas del conocimiento -y el derecho ciertamente que no es excepción- se puede resumir en los términos siguientes:

Aplicaciones jurídicas

No es difícil pensar en las diversas aplicaciones prácticas de los sistemas expertos al ejercicio del derecho, sin necesidad de rayar en la ciencia ficción. Ejemplos:

En este sentido, ya existen diversas organizaciones e investigadores dedicados al análisis de estos problemas. Entre las primeras destaca la International Association for Artificial Intelligence and Law (IAAIL, http://www.iaail.org/), que realiza actividades periódicas y prepara diversas publicaciones sobre la materia. Es de esperar, en consecuencia, que a corto y mediano plazo estemos viendo los frutos concretos de esta interesantísima y provechosa actividad.

Notas

  1. Con ello no quiero afirmar (ni negar) que algún día no puedan las computadoras llegar a disponer de una capacidad equiparable a la de nuestro cerebro. Como se sabe, este tema es objeto de acalorados debates en pro y en contra. Simplemente prefiero evitar los absolutos en materia informática. Demasiadas personas que alguna vez profirieron un "nunca" o un "imposible" en este campo, han debido terminar tragándose sus palabras.
  2. La "Ley de Moore", así llamada en honor del co-fundador de la empresa de microprocesadores Intel que la enunció por primera vez en 1965, establece que las nuevas computadoras duplican el número de sus circuitos integrados (y consecuentemente, su poder de procesamiento) aproximadamente cada año y medio. En líneas generales, dicha predicción se ha venido cumpliendo hasta la fecha.
  3. En 1997, un poderoso supercomputador bautizado "Deep Blue" logró -por primera vez en la historia- derrotar al campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov. Un breve pero muy interesante análisis técnico de cómo se logró la hazaña aparece en CAMPBELL, Murray, "Knowledge discovery in Deep Blue" (Communications of the ACM, volumen 42, número 11; noviembre de 1999, página 65). Esta máquina es capaz de efectuar una búsqueda de doscientos millones de jugadas por segundo, dentro de una base de datos almacenada de setecientos mil partidas de grandes maestros, evaluando cada una a través de un complejo esquema de puntuación que le permite decidir cuál parece ser la movida óptima en cada momento. Pero es evidente que en todo ese poder no figura ni una pizca de la capacidad de abstracción que caracteriza a la verdadera inteligencia.
  4. MICROSOFT CORP. "Artificial Intelligence", en Enciclopedia Encarta 2001. Redmond, Washington, 2000.
  5. Algo así como lo que piensan muchos sobre la clonación de seres humanos.

Sobre el autor

Christian Hess Araya es costarricense; licenciado en Derecho y máster en Informática. Letrado de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica. Profesor de Derecho Informático de la Universidad de La Salle en San José. Miembro fundador de la Asociación Costarricense de Derecho Informático y de la Asociación Costarricense de Propiedad Intelectual. Miembro del Comité de Derecho y Tecnología de la "Association for Computing Machinery" (ACM), así como de la "International Association for Artificial Intelligence and Law" (IAAIL). Sitio web: http://www.hess-cr.com/.

[15.5.04] [0 comentarios] [#] [lista]

Páginas históricas en la British Library

Fuente: Ciberp@ís, 13/05/2004

La British Library ha instalado en su web el sistema Turning the pages. Con su ayuda, el puntero del ratón se transforma en el dedo del visitante para pasar las páginas del libro elegido. Así resulta posible hojear virtualmente, pero sin estropear el original, algunas joyas bibliográficas de su colección, como las notas de Leonardo da Vinci, la Anatomía de Vesalius o el libro impreso más antiguo del mundo.

[fin de la reseña]

El método de visualización utilizado por la British Library, emplea el sistema Shockwave de Macromedia, por lo que es necesario tener instalado el plug-in correspondiente, aunque se anuncian próximas versiones alternativas del proyecto de digitalización y visualización que venimos comentando, accesibles a todo tipo de usuarios.

Por otra parte, cuando el autor de la reseña alude al "...libro impreso más antiguo del mundo" se refiere naturalmente a la Biblia de Gutenberg, así denominada (también es conocida como Mazzarina o Biblia de las 42 líneas) en referencia al considerado "padre" de la imprenta moderna de tipos móviles, Johann Gutemberg, orfebre e impresor alemán nacido en Maguncia a finales del siglo XIV. Si bien carece de colofón (es decir, de fecha y lugar de impresión) y de mención expresa de autoría, su fecha de impresión se establece en 1456, en función de una serie de datos que aporta el texto, como por ejemplo los particulares caracteres góticos utilizados.

Hay que advertir que si bien la impresión con tipos móviles tiene algunos antecedentes, incluso bastante anteriores en el tiempo (particularmente, en China, en el siglo XI, parece ser que se utilizaron tipos de madera y barro cocido, con las limitaciones evidentes que imponía la utilización de estos materiales), Gutemberg introduce una serie de procesos e innovaciones técnicas, referidas a la fabricación de punzones, matrices, moldes y la utilización de sustancias metálicas tales como: estaño, plomo, cobre, antimonio y bismuto, que dan un impulso decisivo al invento de la imprenta y permiten su rápida difusión. A todo ello no fue ajena su sólida formación como orfebre, tradición y profesión heredada de sus padres. Las técnicas de impresión introducidas por Gutemberg, no variarían sustancialmente hasta el siglo XIX.

[13.5.04] [0 comentarios] [#] [lista]

Los 'chicos buenos' que no pueden hacer mal

Autor: Robert Fisk [1] [2]
Fuente: La Jornada, 02/05/2004
Url documento: http://www.jornada.unam.mx/...

© The Independent
Traducción del original The 'good guys' who can do no wrong por Jorge Anaya

¿Por qué nos sorprendemos de su racismo, su brutalidad, su indiferencia al sufrimiento de los árabes? Esos soldados estadounidenses en la vieja prisión de Saddam en Abu Ghraib, esos jóvenes reclutas británicos en Basora vinieron -como ocurre a menudo con los soldados- de poblados y ciudades en los que se alberga el odio racial: Tennessee y Lancashire. ¿Cuántos de "nuestros" muchachos fueron ellos mismos pájaros de cuenta? ¿Cuántos son seguidores del Partido Nacional Británico? Musulmanes, árabes, "cabezas de trapo", "terroristas", "el mal". Podemos ver cómo la semántica se va trasluciendo. Añadamos a ello la ponzoñosa perorata racial de un centenar de películas de Hollywood que presentan a los árabes como sucios, libidinosos, indignos de confianza y violentos -y los soldados son adictos a las películas-, y no es difícil ver cómo es que algún pelafustán británico se orina en la cara de un hombre encapuchado, algún sádico estadounidense se para en un iraquí cubierto con capucha que está parado sobre una caja con cables atados a las manos.

El sadismo sexual -la joven militar que señala los genitales de un hombre, la orgía fingida en la prisión de Abu Gharib, el rifle británico en la boca del prisionero- podría ser un intento demencial por equilibrar todas esas mentiras sobre el mundo árabe, sobre la potencia del guerrero del desierto, el harén, la poligamia. Todavía hoy seguimos exhibiendo en nuestra televisión la repulsiva Ashanti, película sobre el secuestro de la esposa de un médico inglés por comerciantes árabes de esclavos, que muestra a los árabes casi exclusivamente como propensos a molestar sexualmente a los niños, como violadores, asesinos, mentirosos y ladrones. Sus estrellas -el cielo nos asista- son Michael Caine, Omar Sharif y Peter Ustinov, y fue filmada en parte en Israel.

De hecho, ahora presentamos en nuestras películas a los árabes como alguna vez los nazis mostraban a los judíos. Pero los árabes son presa legal. Terroristas potenciales todos ellos, hombres y mujeres por igual, se les debe ablandar, "preparar", humillar, golpear, torturar. Los israelíes usan la tortura en el Complejo Ruso de Jerusalén. Ahora nosotros torturamos en la vieja cárcel de Saddam en las afueras de Bagdad y -porque allí es donde soldados británicos mataron a golpes a un joven iraquí el verano pasado- en la antigua oficina del más criminal de los hombres de Saddam, el fascista de la guerra química conocido como Alí el Químico.

¿Y los oficiales? ¿Acaso los tenientes y capitanes británicos del regimiento Lancashire de la Reina sabían que sus muchachos estaban matando a patadas a un joven empleado iraquí de un hotel el verano pasado? El destino de ese hombre -y la evidencia documental que demuestra que fue asesinado- fue revelado por primera vez por The Independent on Sunday, en enero pasado.

¿Acaso los chicos de la CIA en Abu Gharib ignoraban que Ivan Chip Frederick y Lynddie England, dos de los soldados estadounidenses que aparecen en las fotos de la semana pasada, humillaban de manera obscena a sus prisioneros? Claro que no. La última vez que vi a la brigadier general Janis Karpinski, comandante de la 800 brigada de la policía militar en Irak, me dijo que había visitado el campo Rayos X, en Guantánamo, y nada incorrecto había allí. Debí haber imaginado entonces que algo terrible ocurría en Irak.

Recuerdo cómo en Basora, en víspera de una visita de Tony Blair, fui a la oficina de prensa del ejército británico en la ciudad para indagar sobre la muerte de Baha Mousa, hombre de 26 años de edad. Su familia me había dado documentos británicos que demostraban que lo habían matado a golpes en custodia, que el ejército británico mismo había intentado dar una compensación económica a la familia si se desistía de cualquier demanda legal contra los soldados que con tanta crueldad mataron a su hijo. Me recibieron con bostezos y con una total incapacidad de proporcionarme información. Me dijeron que llamara al Ministerio de la Defensa, en Londres. El oficial con el que hablé parecía fastidiado, inclusive impaciente con mis preguntas. No hubo una sola palabra de compasión por el fallecido.

En septiembre del año pasado la general Karpinski estaba con un pequeño grupo de periodistas en Abu Gharib -la espantosa prisión en la que miles fueron hechos perecer por Saddam, la misma en la que Frederick, England y sus amigotes estadounidenses hacían parar a un prisionero iraquí encapuchado sobre una caja con supuestos electrodos atados a sus manos-, y se veía cómo experimentaba cierto placer al escoltarnos hacia la vieja cámara de ejecución de Saddam.

Nos condujo hacia un cuarto de concreto con cadalsos y galeras, y frente a todos nosotros levantó con ademán triunfante la manija de la galera para que la trampa se cerrara. Nos animó a leer los últimos mensajes garrapateados en las paredes por iraquíes que esperaban la venganza del dictador. Pero algo andaba mal en ese recorrido guiado por la prisión: no había un proceso judicial claro para los prisioneros y no se hizo ninguna mención -hasta que yo traje el tema a colación- del ataque con obuses a la cárcel ocupada por los estadounidenses en el cual perecieron en agosto seis de los internos, cuando la general Karpinski estaba claramente a cargo de los 8 mil prisioneros iraquíes. Los habían estado "aconsejando", nos dijo ella. "Al parecer creían que los habíamos estado usando como costales de arena." Abu Gharib era atacado por insurgentes cuatro de cada siete noches. Ahora lo atacan dos veces cada noche.

Extrañamente, en respuesta a una pregunta mía, sostuvo que había "seis prisioneros que afirman ser estadounidenses y dos que dicen ser británicos". Pero cuando el general Ricardo Sánchez, principal oficial estadounidense en Irak, negó más tarde este hecho, nadie preguntó cómo había surgido la confusión. ¿Acaso la general Karpinski lo inventó todo? ¿O el general Sánchez no dijo la verdad? Los nombres de los prisioneros se confundían a menudo, la escritura árabe se transcribía de manera errónea, y se "perdían" hombres en los archivos. La situación hablaba de toda una cultura en la que los iraquíes -en especial los prisioneros- no eran dignos de los mismos derechos que los occidentales; y por eso, supongo, las potencias ocupantes en Irak siempre nos dan estadísticas de las muertes de occidentales pero no les preocupa en absoluto descubrir las correspondientes a muertes de iraquíes, de ese mismo pueblo al que tienen el mandato de proteger y cuidar.

Hace unas semanas, charlaba yo con un joven soldado estadounidense en la calle Saadoun, en el centro de Bagdad. Daba dulces a unos niños de la calle y hacía como que pronunciaba la palabra árabe que quiere decir "gracias": sukran. Inocentemente le pregunté si sabía árabe. Me sonrió. "Sé cómo gritarles", dijo. Y allí está la cuestión.

Todos somos víctimas de nuestra infatuada moralidad. "Ellos" -los árabes, musulmanes, "cabezas de trapo", "terroristas"- son de una raza inferior, de menores normas morales. Son personas a las que hay que gritarles. Hay que "liberarlas" y darles "democracia". Pero nosotros, pequeña banda de hermanos, nos vestimos con el uniforme de la moralidad. Somos marines o policías militares o miembros de un regimiento de la reina y estamos del lado del bien. "Ellos" están del lado del "mal". Así que nosotros no podemos hacer mal.

O eso parecía, hasta que esas vergonzosas imágenes de la semana pasada desmantelaron todo el carro alegórico y demostró que el odio racial y el prejuicio es vieja herencia histórica nuestra. Solíamos llamar a Saddam el Hitler de Irak. Pero, ¿acaso Hitler no era uno de "nosotros", un occidental, un ciudadano de "nuestra" cultura? Si pudo matar a 6 millones de judíos, cosa que hizo, ¿por qué deberíamos sorprendernos de que "nosotros" podamos tratar a los iraquíes como animales? La semana pasada llegaron las fotos para demostrar que sí podemos.

[4.5.04] [0 comentarios] [#] [lista]


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